jueves, 15 de julio de 2010

Narda Reina de Marte...

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“Las Reinas de Marte”.

(Narda y Arsinoe)

“El Retorno”

Por Alberto Galindo Jr.

Introducción

- Buscando una luz, hallé una energía... y luego... una humanidad... que reconocía a Dios. – (Ver Génesis 1:1)

- Involución de “ser de luz”; a ser de carne y hueso. De cómo los sentidos prevalecieron sobre la materia y la perdieron, al desconocer la ínter-dimensionalidad, hasta hacerla desaparecer; dejando la huella de su primitiva inteligencia, pero de su inmenso potencial... en el espacio tiempo. -

- La inteligencia, es como la destilación de la materia, que la mejora; en el caso de la humanidad; el amor, hace de ella, un producto singular, que por la vía genética, va poco a poco, y de generación en generación; superando, los escollos de la ignorancia. -

- El oír tu voz, es para mi como una bebida embriagadora; que chupo con locura; mejorana de mi corazón. La hora de la eternidad está llegando. Mi corazón se detiene cuando en tus brazos, tú la dueña de mi cuerpo; haces aquello que tanto se desea. Oh, si de verdad que eres hermosa; mi hora... de la eternidad. Cuanto quisiera desnudarte, solo para ver la belleza de tu bondad. -

- No hay nada que más busco, que la verdad de tu corazón, que despojado de poder renace la virtud de tu humanidad, ejerciendo y respetando con equilibrio, el derecho de los demás. -

- La paz más desventajosa, es mejor que la guerra más justa. (E. De Rotterdan.)

- Si no quieres que nadie se entere, no lo hagas; pero si lo haces, hecho está. -

Choque de fronteras.

Esta novela de ficción (realmente... muy cruda, de amor y dolor) denominada: “Narda y Arsinoe: Reinas de Marte”; se basa en la vida de otra gran reina: “Cleopatra Reina del Nilo”. (Por Michel Peyramaure”. Ed. Tercer Mundo.) Se desarrolla... (en el espacio tiempo) en un gran conglomerado (Cidonia de Raguzza, en Vallis Marineris del planeta Marte, cercano a otro gran conglomerado, denominado Chryce; zona costera del Mar Caritifer-Sinus; y dedicado al – único – Dios, denominado por ellos... Marduk) en el espacio-tiempo, que comenzó en “Las Pléyades”: hace más de dos millones y medio de años; y que luego se cristalizó, hace mas de once mil años, durante el último gran “desfogue solar”; cuando el planeta (Marte) se hallaba en la plenitud de su gloria. Resume, además, el proceso de endiosamiento... y/o, destilación del material humano, mediante el amor. Todo, dentro del transcurso de las diferentes vidas. De cómo, después de ser “cuerpo de luz”; se quiso llegar a la condición humana (con todos sus riesgos); solo por el hecho de querer sentir la chispa energética de la unión: Carne-espíritu. Que como, en los astros, es similar, al desfogue: materia-antimateria (por lo menos, en el proceso químico-eléctrico.) Y por último, describe, cómo mediante la droga y el embrutecimiento de los sentidos; se puede llegar al desequilibrio y al entorpecimiento animal; a pesar y después de haberlo inventado todo... y de llegar a ser una súper-civilización. Fue pues, el predominio de lo sensual, sobre lo espiritual, animado por lo espirituoso; en una eterna lucha de posiciones y de alternativas, para bien o, para mal, pero, que por las cuales... se tiene que pasar.

Así, en el espacio-tiempo: Grandes obras, confirman la evidencia, de que por ejemplo: En “La Tierra”, las pirámides halladas en Egipto, que desde luego, no fueron “construidas” siguiendo un patrón establecido; sino, que fueron armadas; pieza por pieza, siendo c/u., de éstas, única; ya que la masificación (en la construcción) fue empleada mucho después. Se plantea pues, un desarrollo (inteligente) astral (dentro de nuestro sistema solar) según la distancia del Sol, a cada planeta (térreo o, rocoso) así:

1) Venus, planeta de adentro.

2) Tierra, planeta del medio.

3) Marte, planeta de afuera.

4) Faetón (hoy cinturón de asteroides.)

No se cuentan en este ejercicio literario; ni los satélites; ni Mercurio; ni los planetas gaseosos (con sus respectivos satélites) a partir de Júpiter; por no encontrarse en la llamada: “Zona de vida” del “Sistema Solar”. Luego, se contempla (según la mitología) la posibilidad de existencia simultánea de vida (humana, e inteligente, originaria de las Pléyades); objeto principal de esta novela, que como eje principal; toma el principio de la ínter-dimensionalidad. Resume, además, el proceso de la vida, aunado con el ético endiosamiento espiritual, como producto del amor. El cómo (el hombre-ente) de “ser de luz” creado por Dios, se transformó (humanizó) en “ser inteligente” de carne y hueso (pero, hoy y desde siempre, embrutecido por la droga y los excesos; llegando hasta el desequilibrio de su misma humanidad.) El como fue capaz de viajar (ínter-dimensionalmente) por todo el universo (conocido) debido al descubrimiento y manipulación de la anti-energía; mediante la cual, finalmente... se pudo ínter-dimensionar; estableciendo, un choque de valores determinados; sobretodo, por la gran confusión que ellos presentan; provocando revueltas, revoluciones y más guerras, entre las razas humanas; únicas habitantes del universo (conocido.) Todo, por la mala interpretación de los principios promulgados y escritos en cientos de idiomas. Finalmente, volvieron a lo mismo; o sea, a ser solo seres de luz

Veremos por ejemplo; como chocan entre tantos conceptos:

Espiritualismo, con materialismo.

Amor, con odio.

Vivir, con morir,

Hoy, con mañana.

Tiempo, con eternidad.

Moralidad, con inmoralidad.

Mortal, con inmortalidad.

“Antiguo Testamento”, con “Nuevo Testamento”.

Dios, con Jesucristo.

Cosmología, con Monoteísmo.

Lo bueno, con lo malo.

Lo verdadero, con lo falso.

Materia, con antimateria.

Libertad, con libertinaje.

Democracia, con libertad.

Derecho divino, con derecho humano,

Humanismo, con espiritualismo.

Socialismo científico, con socialismo cristiano.

Ahora... que finalmente... Dios... haya instituido el “derecho divino” a ser gobernados por Reyes; fue reformado, por nada menos que el mismo Jesucristo (en sus parábolas.) Al instituir: La igualdad, con la democracia; y el respeto a la propiedad con responsabilidad. «Dad al Cesar lo que es del Cesar; y a Dios, lo que es de Dios». Finalmente, éste trabajo literario, irá replanteando los sentimientos verdaderos, frente a los efímeros y destructores; que sin embargo, y a pesar de todo, nos destruirán. Pero, seguramente, moriremos “cansados”; “desventurados e in-saciados”... y sin trascendencia alguna; o sea, que nos condenaremos y por nuestros pecados moriremos; logrando el enemigo, una completa victoria, de las ¾ del ser humano: Del mal sobre el bien. Lo que solo alcanzarán, unos pocos, algo así como ¼ de la humanidad (unos... dos ml millones de seres humanos); demostrando para la eternidad, cómo se vive con Dios; y cómo sin él; y esto, a dónde nos conducirá.

Capítulo I

Vida, en el mundo marciano...

- Narda, había estado por largo rato, en la terraza de su “Palacio de Verano” a la orilla del gran “Mar Carifiter”; de la zona ecuatorial de Marte. Aspirado una brisa envolvente y fresca, tal como era su costumbre. Ahora que (la princesa) tiene 14 años; se le permiten ciertas libertades; como la de quedarse (un rato) a ver los bailes, que interpretaban diversas y muy bellas bailarinas frenéticas. Una noche, le fue permitido quedarse hasta muy tarde. Resulta que un tal Generalísimo Febo; y otros militares de menor graduación, eran los principales invitados de su Padre, el Rey Marduk XIV: Soberano de Cydonia de Raguza. Entre ellos (los invitados) un joven oficial llamado Cneo; con el cual Narda ya había tenido sus cosas... de tipo romántico (al permitirle, en algunas ocasiones, entrar furtivamente a su habitación real.) -

- Hablando muy bajo, para no despertar a su hermana menor Arsinoe que dormía al lado; la princesa, le permitió todo... lo que a él se le antojó, con tal de no despertar a su hermana. (Hasta llegar al sexo oral y anal, pues el otro –sexo- , era castigado con la pena de muerte; en el caso de que - la princesa - no llegara virgen al matrimonio.) Y así... pasaron muchas interminables noches; en lo que, finalmente, imperó una tácita complicidad, en un secreto, que era más poderoso que todos los temores. Entonces, al entrar en la habitación y encontrarla dormida (dejando entrever – a la luz de la luna y de algunos candelabros - su maravilloso cuerpo, medio cubierto, solo con un vaporoso, transparente y muy bello... cubre lechos rozado.) Cneo, cae arrodillado, frente a la cabecera de la cama, contemplándola un rato; Luego... muy pasito, le desea las buenas noches; y le estrecha amorosamente la mano; a lo cual, sorprendida, le pregunta:

Narda: - ¿Cómo entró? –Cneo, le contesta al instante que: Un angelito de luz... igual que tú... bajó del cielo; durmió a los eunucos y guardianes; y me abrió. -

Y enseguida... le estampó un ardiente y suave beso... en su mejilla, y otros muchos en su cuello y en sus hombros; igual que en la parte interna de sus maravillosas rodillas y piernas, luego besó y lamió sus pies; en fin todas las partes de su cuerpo que estuvieran descubiertas despreocupadamente en ese momento. Besos y caricias que ella aceptó... coquetamente, con inocente gesto. (Pestañeaba – despaciosamente - en forma afirmativa.) Luego, le dice suavemente al oído, para que no oiga su hermanita Arsinoe, (de 12 años) que duerme en la cama gemela de al lado:

- Mi vida, mi Narda... adorada, como estás. ¿Mi amor... te pensé mucho, tanto, que soñé contigo, amándote... haciéndote el amor... como todas estas noches... desde que vine a saludarte la última vez... ¿recuerdas? Vida de mi vida...

A lo cual Narda, entre sueños pestañea, como aprobando la decisión; y Cneo, nuevamente procede a la besarla con ardor... mirando de soslayo, hacia el lecho de su hermanita para ver si todavía duerme, (en la cama gemela de al lado) volteada para el otro lado... entonces muy suavemente, pasa su mano por debajo del cubre-lechos, para acariciarle muy despaciosamente... todo ese maravilloso cuerpo casi desnudo; primero tanteando la reacción de su adorada; va directamente al sexo de Narda... y le amasa insistentemente con los dedos de su mano izquierda... su vulva (y/o, sus labios mayores y aún la suave y corrugada textura, del umbral superior de su vagina) apretándola y soltándola con ritmo; luego, le acaricia (casi sin tocarla) despaciosamente... con las yemas de los dedos de su mano derecha: los senos, la espalda, las nalgas, los muslos, las piernas y los pies Entonces, al ver que su hermanita Arsinoe, permanecía todavía dormida y volteada para el lado contrario; y como Narda, aceptaba muy quieta... tales caricias, procede a medio destapar muy brevemente y a besar toda esa real fruta silvestre... ya madura; obviamente, que también, sus mejillas, muy pero muy cerca de su boca... carnuda tierna de color carmesí. Primero de frente y luego la voltea con ternura y la acaricia toda... por detrás y le besa con pasión sus voluptuosas nalgas. Y se retira, no sin antes, poseerla por detrás; y nuevamente volver a besarle parte, de su esplendoroso cuerpo... principalmente el cuello, el hombro, el brazo y una rodilla (derechos) que todavía, a pesar de haberla cubierto y la Princesa Narda... volver a destaparlos; salían desnudos, frescos, fragantes e insinuantes, del transparente y vaporoso cubre lechos rozado, de la cama real de su amor. Caricias, que ella... sentía y aceptaba coquetamente aparentado por momentos, estar aún dormida, pero con una latente y amorosa incertidumbre y un sentimiento inmenso.

– (Narda, era muy apasionada y expresiva. Sin duda la inesperada y cariñosa visita, le producía un intenso placer. Pero, todavía, en ese momento, no sabía que hacer. Era que a ella, ese hombre... (que conoció desde chico) ahora, un joven bien parecido, varonil, lampiño y muy fuerte; ancho de pectoral, atlético... y con un sexo abultadito... a ella le gustaba mucho. Y al tenerlo junto a su cama, justo después de haberlo soñado, así... pero durmiendo... desnudo con ella... haciéndole el amor: Esto... ya era una muy sorprendente y grata coincidencia. Narda... la verdad... no sabía si estaba soñando o, tal evento... estaba sucediendo realmente. Estaba aún muy confundida.) -

Otro día... desesperado... su amante (desafiando a la muerte) corrió muy temprano; y haciendo piruetas; de balcón en balcón; llegó al de la habitación de las princesas; entró sigilosamente a la alcoba real y la halló (sola) todavía... dormida (destapada y sin cubre-lechos, pues este se encontraba casi caído en el piso; como formado una cascada); al contemplar semejante cuadro, digno de un pintor; o, de un escultor, su tremendamente... fenomenal cuerpo semidesnudo, trasluciendo los descomunales conos de sus senos voluptuosos, algo puntiagudos; esa cintura de avispa y esas sensuales y muy voluptuosas nalgas. Narda... lucía espectacular... como una diosa durmiente... con sus blancas piernas y sobretodo... sus largos muslos muy bien contorneados, tal y como era toda ella... semi-envuelta en sus largos y sedosos cabellos sueltos. Ante tal altar al erotismo... Cneo, cayó rendido... de rodillas, muy junto a su lecho y le aplicó un ardiente y prolongado beso en la mejilla (como siempre, al principio, muy cerca de la boca, casi en la boca.) Susurrándole al oído le dijo:

- Mi amor, mi Narda... adorada, mi niña del alma... dormiste bien, te soñaste conmigo, te acostaste temprano, te quiero y espero que hoy estés muy juiciosa.

Percibiendo una tácita aprobación de esa niña-súper-mujer, le aplicó en la mejilla, uno... otro y otro... ardiente y tierno beso, muy cerca de su boca; prácticamente en la mitad de ella. Y otros tantos... besos muy suaves, como lamiéndola; en su precioso cuello, hombros y espalda desnudos que se asomaban, coquetamente, por el velado camisón de su mini-pijama. Otros... más demorados aún... en sus rodillas, piernas y especialmente en la parte interna de sus muslos; entonces... loco de pasión... la lamió poro por poro y resopló su quemante aliento... muy despacio, pero con insistencia, en la parte más íntima de sus muslos; que también, al parecer, querían reclamar para sí, el homenaje erótico del amado.

Repitiendo varias veces, esta operación, muy despacio... hasta, notar un muy leve jadeo... al acariciarle por encima del faldón del pijama... el sexo a su amada... sintió una inconfundible humedad... que despedía... un aroma muy delicioso, para él; como el elixir de los dioses... instintivamente... se devolvió hacia sus ya... muy erectos senos; y les aplicó otros tantos, demorados besos, que ya no eran eso; sino que prácticamente ahora... se los lamía... le sorbía ese par de esplendorosos, duros y voluminosos senos... y para rematar apretó suavemente con los labios, los pezones carmesí, dueños y corona de esas firmes, tersas y arreboladas copas que constituyen sus senos; ahora más endurecidos... por la pasión que le despertaban a Narda... tales caricias; tan íntimas... que jadeante aceptaba gustosa; haciéndose la dormida, pero que por la respiración acelerada, se le advertía una dicha y un goce sexual inmenso.

La Princesa Narda... (estaba, eróticamente lista) jadeaba de anhelante deseo de amor sexual... Su compartimiento del amor, estaba lo suficientemente mojado y ardoroso. Entonces Cneo, para rematar, bajó directamente a la entrada de su sexo, y resopló fuertemente, de su calor, por él; entretanto Narda... muy quieta... apretaba delirante... con los dedos de sus manos... las sábanas de su cama... muy fuerte y desesperadamente... jadeando de placer sexual. Tanto... que de repente y bruscamente... tomó con fuerza la cabeza del joven amante, por los cabellos, entre cruzó los dedos de sus delicadas manos... en la nuca de Cneo y se restregó en círculos, toda la entrada de su sexo, con la cara de su “amante secreto”; quien entonces... resopló con aún más fuerza, la vagina de la princesa Narda; mientras con su lengua (bien salida) restregaba deliciosamente todo aquello... hasta que pronto... pasados unos 20 minutos... el cuerpo de la princesa, convulsionó de la tremenda pasión; y de la excitación contenida; su vientre tembló... como un terremoto; entonces sí... Narda, exhaló al máximo sus jadeos, con leves gemidos y estertores. Hasta que sudorosa... apretó con fuerza y desesperación las manos del amante, en sus senos y luego... al minuto... de tan especial movimiento... arqueó rítmicamente su escultural cuerpo y aún temblorosa... llorosa... de pasión... después de exhalar un largo muy largo: Ah... soltó al fin la cabeza de su amor... quedando en un estado de completo sopor.

- Luego, de dejarla descansar, en una pausa prudencial; y mientras estaba como adormecida, Gneo, la desvistió completamente y él también... y se acostó al lado de ella... y así, estando los dos desnudos... le paseó y le restregó, su muy desarrollado miembro, muy bien erecto, por todo ese cuerpazo real; y luego le colocó muy despacio... una almohada emplumada debajo de sus espléndidas nalgas; y le hizo la faena del violín... por dos veces seguidas de estertores y jadeos. Luego, nuevamente... la dejó descansar, para finalmente, después de besarla y acariciarle... muy bien sus voluptuosas y provocativas nalgas... la penetró por detrás, haciéndole el amor anal... y esta vez sí Cneo, se derramó bien adentro del cuerpo de la princesa; por dos enloquecedoras y seguidas veces. Hasta que por fin, satisfecho sexualmente y embriagado por la fragancia del cuerpo de su “real, amor secreto”; y por el aroma de tan esplendoroso tesoro; salió sigilosamente del aposento real; repitiendo, de balcón en balcón; las piruetas hechas a la entrada.

El Ágape... al Emperador de la Galaxia.

Pasado el tiempo... durante una fiesta, dada en honor de Febo Emperador de la Galaxia “La Via Lactea” El Rey, de Marte, pidió a las princesas: Arsinoe y Narda (ahora dos vírgenes de 14 y 16 años respectivamente) que bailaran en honor del Generalísimo Febo (ya entrado en años); y resultó tan embriagadora su manera de danzar, que el general quedo impactado definitivamente; sobretodo del alto... y escultural cuerpo de la princesa Narda. Pero, sin embargo, la princesa (esa noche) bailó solo para su antiguo enamorado (ahora, primer oficial de honor, del generalísimo Febo) que se hallaba también de visita en el Palacio. Y esa noche, al retirarse los invitados a sus aposentos; después de dos años de aquellos interrumpidos devaneos nocturnos; estado ya la princesa Narda instalada en su propia alcoba (para ella sola); los encuentros amorosos, resultaron (como siempre deliciosos.) Encontrando, los amantes, todo... lo que había quedado, de aquellas apasionadas horas de acalorados y tormentosos recuerdos. Entonces, dieron rienda suelta a sus ardorosas pasiones contenidas por la distancia. Luego, (entre aquellos insaciables amantes) ya no hubo nada... que no dejaran de realizar, durante el intenso himeneo juvenil; hasta dar rienda suelta a sus instintos; sin importar lo que pasara. Lo significativo, durante esas noches; fue satisfacerse mutuamente, hasta el desfallecimiento y el cansancio sexual. Tal y como, si se fuese a acabar todo aquello. Esas noches... fueron solo para ellos. Así, encontraron lo que habían olvidado, hace dos años; y lo que inventaron después, como consuelo y regocijo, del nuevo encuentro sexual; pletórico ahora de secretos e inconfesables deseos reprimidos.

A la mañana siguiente, Cneo, muy... muy temprano, realiza una... furtiva visita a la Princesa Narda, en su alcoba real; para esta vez, encontrarla (sola) y todavía dormida. Al penetrar (furtivamente y jugándose la vida) al aposento real, contempla un rato su despampanante cuerpo semi-denudo y ahora... sin el cubre-lechos rozado; cubierto tal cuerpazo, solamente con su inmaculada y blanca mini ropón-pijama... su espectacular... larga y semi-rubia cabellera: Que visión tan soberbia... por Dios... Que creación de la naturaleza tan perfecta, estaban viendo sus ojos. Que soberbias curvas, las del cuerpo de esa súper-niña-mujer... y sobretodo que proporcionado era. Semejante espectáculo, quizás, solo era digno de los dioses. Viendo a toda esa Maja... acostada... así sobre su cama, con las sábanas impecablemente blancas y caídas como en cascada. Ese monumento, tendido de medio lado, con una rodilla recogida y la otra estirada, en una posición que elevaba aún mas sus voluptuosas y maravillosas nalgas; en contraste con su cintura de avispa; y su larga... muy larga cabellera, que completamente suelta le cubría parte de tan espectacular y maravilloso cuerpo semidesnudo. Cneo, viendo los grandes volcanes de sus senos a punto de explotar; entonces... sí, cae nuevamente de rodillas; admirado... ante semejante altar al erotismo tan arrollador... apabullante y bello.

Después de contemplarla largamente... entonces suave y tiernamente la acaricia y la besa cada vez más y más cerca de la boca, que ya entreabierta, Narda... denotaba su aceptación... inmediatamente y por fin, la medio endereza y la besa en la boca. La besa ardientemente y entrelazan sus lenguas; y entonces... bebe con sed... desesperante todo el líquido bucal que puede de los labios de la Princesa Narda. Acelerando su respiración y el ritmo de su corazón. - Que más se logra pedir a la vida, pensaba Cneo, mientras la acariciaba... y la besaba toda... – Luego, cuando la súper-niña-mujer deja advertir cierta cadencia... Cneo, bajó su boca... ya ardiente de pasión, al cuello, brazo y piernas reales, semidesnudos que provocativamente trasmitían a la vez un olor celestial... como a azucena. Ella, al contacto de tan apasionados besos; entreabre, entonces, sus esplendorosos ojos verdes, que Cneo, aprovecha para también besarlos tiernamente.

Narda, al sentirlo... tan ardiente, se acomoda mejor, pidiéndole que se desvistiera... para ella también poder besarlo... todo... (acto, que le da más seguridad en lo que luego pretende hacer.) Besos, al principio, unos casi en la boca; o, ya en la mitad de ella, mordiéndole suavemente el labio inferior de Narda, y otros directamente en los labios, para nuevamente succionarlos fuertemente. Otros, muchos besos alternadamente y muy suaves, en las mejillas; en la cara, en sus largos cabellos rubios-café (mordiéndola con suavidad); en los hombros y en la espalda. Luego... sigue bajando con la boca encendida de pasión, muy despacio, hasta esas esplendorosas piernas, muslos y nalgas. Donde se demora un rato, haciéndole tacto con las yemas de los dedos (energizándola sexualmente) sigue aplicándole masajes y caricias y luego, sube a su boca y entrelaza su lengua con la de su amada; entrando y sacando con ritmo su lengua, en la boca mientras le acariciaba los senos, por otro largo rato... para luego, volver a llegar (mientras la besaba) con el tacto y con la fuerza magnética de sus dedos; ahora, a esos esplendorosos y largos muslos blancos y tersos; hasta muy cerca de su vagina. Caricias que Narda, interrumpe suave y coquetamente, al voltearse nuevamente, afirmando con la cabeza; entonces (Cneo, disimulando, le pide permiso.) Y cuando ve que la princesa Narda, apenas si le contesta, con un entre cortado, tembloroso y leve: Bueno... renueva entonces, con furia incontenible, sus intensos y apasionados besos; y con ellos le recorre palmo a palmo, con suavidad y lentitud... toda la geografía esplendorosa, de su cuerpo de niña hecha ya una súper-mujer... toda una hembra... y que hembra.

Nuevamente Cneo, baja su cara y la besa y la acaricia, muy despacio, lamiendo ese manjar que constituye el medio de esas torneadas piernas, en sus rodillas, pantorrillas y en sus pies. La recorre... nuevamente lentamente... lamiéndola de arriba hacia abajo y reiteradamente de abajo hacia arriba. Para culminar muy cerca de esa boca jugosa nacarada y tierna, lamiéndole luego ese rostro de ángel. Posteriormente, pasa a besar sus senos voluptuosos de verdadera mujer. Detectando... nuevamente una tácita aceptación; le saca el ropón-pijama, con mucho cuidado (con la habilidad de un mago) y la transparente blusa del ropón-pijama... dejándola completamente desnuda. Luego, ya, sin resistencia alguna... y con la total aceptación y entrega emocionada de la amada... continúa bajando... lentamente, y ésta vez va con su rostro, directamente hacia la vagina de su amada. La perspectiva desde ese ángulo... era de locura... sus senos como dos verdaderos volcanes, situados en la profundidad... sobre el valle de Venus... el de su ya, vibrante pubis, contrastando con la delgadez de su cintura y de su estómago hundido; y todo ese cuerpo de sirena entre-cubierto... enrollado por una esplendorosa y larga cabellera, conformando un tembloroso, caliente y voluptuoso cuerpo, con las piernas y los muslos arqueados, entre abiertos y receptivos despidiendo el oloroso elixir del gran incendio de la pasión experimentada.

Entonces, Cneo, se entrega a la bacanal-comunión sexual y se pega un momento a sus labios (mayores) y luego separándole bien los muslos (le abre los pliegues vaginales – labios menores - y justo en ese instante... por ese terreno caliente, volcánico; como de textura arenosa muy suave y corrugada; se da cuenta y comprueba, lo que ya, había sospechado... descubre que ... que la Princesa Narda, es aún... ¡virgen! – con una abertura de su himen, de solo ½ Ctmtr.- ) Toma aire y succiona fuertemente su vagina... (como una sanguijuela que ya no la desprende nada) la chupa fuerte y levemente en forma alternada, circular y rítmica; le vibra el clítoris, con los labios y los dientes, por espacio de 20 minutos, mientras que con las manos le acaricia todo su cuerpo; especialmente sus senos y pezones; a los que le aplica suaves y medio duros masajes, mientras succiona con su boca... con fuerza y energía la vagina real y luego, con los labios y con la lengua, le lame en círculos, en la vagina y en el clítoris, alternadamente... Luego, vuelve a su clítoris, al cual se pega para chupar y lamerlo. Hasta que Narda, tremendamente excitada, agarra por la nuca a su amor y con sus dedos entrelazados, frota su pubis fuertemente, con insistencia... con la cara de su amante. Jadeante, sudorosa... gimiendo... y llorando... al tiempo que arqueando todo su espectacular cuerpo; al rato... explota... en una serie de orgasmos que hicieron estremecer y convulsionar todo su súper-cuerpo de niña-mujer... con nuevos y muy fuertes gemidos e intensos jadeos y vibraciones... de su pelvis virginal; para luego... quedar completamente quieta... como desgonzada (después de la tempestad, viene la calma.)

Nuevamente, después de un rato de dejarla descansar sexualmente; Cneo, vuelve a solo sorber... por otros 20 minutos, el clítoris de su amada. Hasta que su real amor secreto, con estertores anunciadores de más orgasmos (o de una serie en cadena de ellos) seguidos de otros más, con torrentes de pasión y convulsión; que Narda, al culminar... todavía temblorosa... esta vez; retira de su sexo el rostro de su amante Cneo. Emocionada y aún jadeante del sopor que sigue a tal acción; se endereza al salir definitivamente de aquel trance; y sudorosa... temblorosa... y aún llorosa; besa suavemente y tiernamente en la boca a su amante, Ceneo, en una actitud agradecida, por la dicha sexual experimentada; y por el homenaje recibido. Repiten una y otra vez ese beso y lo contestan con otros... muchos más, a la vez que largos y esta vez, muy succionadores, besos. La pareja nuevamente, entrelaza sus lenguas, para durar así pegados un largo... muy largo rato.

Luego... Cneo, ya no aguanta más, y le retira a Narda, la almohada emplumada y se la coloca debajo de las nalgas reales. Luego, se saca la ropa; y con su largo y grueso miembro erecto; se lo pasa rítmicamente en círculos por todo ese súper-cuerpo de mujer; por entre sus voluptuosos senos, haciéndose con ellos, él mismo, una fuerte presión en el pene; y luego, especial y finalmente, se lo coloca en la vulva a su amada (como tocando violín con su miembro.) Mientras Narda, le entierra las uñas, con suma suavidad por todas las partes del cuerpo que alcanzaba. A la vez que le mordía los hombros y el pectoral y cada músculo desarrollado, del lampiño cuerpo de su amado. Hasta hacerla, nuevamente, llena de una locura sexual, acezante y llorosa; pedirle que la penetrara señalándole directamente su vagina; pero Gneo, entonces, se controla... (pues, sabe lo que le costaría hacerlo) y solo le aplica por encima... en el monte de Venus real, nueva y constantemente, movimientos rítmicos y circulantes, de violín, sobre la entrada del sexo vaginal de la princesa Narda.

Hasta que se viene por fuera y entonces Narda, temblorosa de pasión, se incorpora y se lo reclama, a Cneo; para tomar de la raíz, el vigoroso, pene de su amado, y mamar ella también. Con una dulzura indescriptible, se lo introduce todo... (23 Ctmrs., de extensión; por una pulgada y algo más de grosor) en la boca real; y traga hasta la última gota del semen de su adorado. Quien al rato, se incorpora para vestirse y salir de la habitación de su real amante secreta”; satisfecho, pleno, y embriagado del elixir de la boca de la princesa Narda; y del aroma de la química del líquido de su sexo vaginal... y del tacto sexual, ejercido sobre todo el cuerpo virginal de su amada: la Princesa Narda; futura Reina de Marte.

Entonces... nuevamente entrelazan sus cuerpos y sus lenguas para descansar sexualmente por un rato. Posteriormente, le coloca a Marda, su boca contra su miembro erecto y coloca a su vez su boca, en el sexo de su amada; en una posición invertida llamada popularmente la “69”; y así, los dos chupan simultáneamente del elixir del amor, hasta que también, simultáneamente, se derrama el uno entre la boca de ella y la otra, después de tragarse todo el pene... el semen del miembro de su amado; mientras se viene en una serie no interrumpida de convulsivos orgasmos. Sin embargo, todavía más... después de descansar sexualmente por otro rato, al pedido insistente de la princesa... se repite tal operación; y esta vez, el amado, volteándola, le hace el amor anal, una enloquecedora vez más, derramándose esta vez, bien adentro del cuerpo virginal de la princesa.

En el fondo, lo que Narda ya, quería... era que fuera él; desde ya, el único dueño de su virginidad... Entre tanto, Cneo, pensaba que esa dicha debía ser eterna y que debía por lo tanto; la Princesa Narda... casarse muy pronto. Mientras que él disimulada y lúdicamente, la cubría y la descubría con la suavidad del relojero para llegar nuevamente al sitio, que ya solo los dos entendían y sabían; por dos enloquecedoras veces más. Pues, ahora, únicamente se trataba, no solo, de caricias superficiales, sino que ya... se devoraban mutuamente, con caricias íntimas, profundas y sexuales, por medio de las cuales, se fueron conociendo mutuamente y poco a poco... a plenitud, tanto el olor, como el sabor de sus cuerpos. En otras palabras se fueron “cogiendo cada vez más, hasta quedar los dos, como embrujados.

Recepción oficial en Palacio...

Estando en otra recepción dada por su padre, en honor del general Febo; y habiéndose retirado el cuerpo de bailarines y demás asistencia (incluida la de su ayudante de honor – amante secreto de la princesa - ); aquellos sueños... de la princesa Narda... se estancaron... cuando; el general se le acercó... tanto... tanto, que su respiración fue percatada por ella, exactamente, sobre su nuca. Su turbación fue enorme, al denotar la penetrante mirada sobre su cuerpo; en esa atmósfera del palacio: placentera y olorosa a flores y perfumes deliciosos; que era sencillamente embriagadora... La mirada del general era insistente sobre su cuerpo; tanto que la princesa, sentía sofocarse dentro del transparente vestido; hasta sentirse indefensa y débil. El General Febo, era un hombre mayor, pero era un hombre de verdad; muy alto y grueso (gigantesco y extremadamente velludo); bien endurecido por las batallas y hasta... bien parecido. La mirada del hombre “poderoso” y fuerte, se deslizaba por sus virginales hombros desnudos... por sus caderas; hasta hacerla sentir un ligero calor sobre su pubis y hacerlo repercutir (en forma de sudor) en su región íntima; la princesa indudablemente, se estaba excitando... mientras sentada, apretaba con ritmo su vulva con sus muslos; debido a la devoradora exigencia del general, que al mirarla, la penetraba hasta lo más íntimo de su ser. Cuestión, que el experimentado general adivinó.

Narda... entonces, cerró los ojos para pensar en su amor... el joven Oficial Cneo, su “amante secreto” (y el amor de su vida.) Pero todo fue inútil, la mirada del general Febo... la estaba sofocando, la estaba quemando. Entre tanto, su padre, se estaba durmiendo, adormecido por el vino; al llamado de Narda, fue despertado por uno de sus íntimos asistentes; y llevado a su dormitorio. Ante tal actitud, la princesa bailó para el general, como nunca lo había realizado; debido la precisión de los pasos y las voluptuosas figuras; que ya fingían una verdadera cópula. Finalmente, la princesa Narda, aprovechando un breve receso musical; desapareció (a tiempo) del recinto y se fue a dormir; dejándole, con Charmión, su esclava de confianza, al general Febo; la razón, de que al día siguiente; él, era su único invitado de honor, a una gira por el gran río Sinus. Y que entre tanto, pensara en ella; y en lo que podría suceder entre ellos. Narda, ahora... con solo 16 años; ya intuía, para su reino, los futuro servicios militares del “poderoso” general.

Capítulo II

- En ese viaje, la princesa Narda; estuvo muy elocuente (era muy instruida y manejaba 20 idiomas y sus respectivos dialectos.) Febo, preguntó a la princesa por el significado de los pasos del baile ejecutado por ella la noche anterior; a lo cual la Princesa Narda, le explicó detalladamente todos los gestos y las figuras de la danza. Pero, (la miraba insistentemente con ojos de fuego) el general casi no la escucho y se limitó a preguntarle el porque... de su tremenda hermosura; y con las miradas cruzadas en ese instante, se declararon su amor. (Narda, en el fondo sabía que debía aceptar al general Febo, como esposo; si quería conservar a su, joven y delicioso Cneo, como su eterno “amante secreto” y con quien daría rienda suelta a sus instintos.)

Durante el viaje, por el gigantesco río Sinu, se apreciaron los famosos canales marcianos, que traían el agua de los polos; no solamente, al mar Caritifer; sino a las inmensas plantaciones de cereales, y demás sembrados de algodón, arroz, fique, papiro, yuca, caña, uva, otros frutales y verduras. Igualmente visitaron las tremendamente gigantescas pirámides y el “Valle de las Pirámides” algo menos espectaculares; en el cual eran enterrados sus ancestros. De la misma forma, las grandes ciudades (metálicas, que podían entrar y salir de la arena) del reino. Visitaron los más famosos templos de Marte y sus Esfinges. Lo mismo que los gigantescos Coliseos; todas esta últimas construcciones, realizadas (armadas exquisitamente) en piedra y adornadas con mármol, al igual que los palacios reales. Entre las curiosidades marcianas, la Princesa Narda, le mostró al General Febo, las gigantescas cuevas; de donde salieron los marcianos primitivos; cuando se escondieron (por mucho años) de los rayos solares. Pues al juzgar el planeta, era muy dispuesto a ser un desierto; parecía perder su agua; en una progresión gradual. Así, que en cada gran “explosión solar”; de cada 25 mil años; al igual que los demás los planetas térreos; o, rocosos, perdía gran parte del agua, acumulada a través del tiempo. Luego, se cuenta que Venus, fue el primero en perderla; seguida de “La Tierra” (solo que este planeta fue el único que pudo generarla, en forma natural; al hacerla salir de sus entrañas) y Marte; para por último, perderla definitivamente, el planeta Faetón; al ir gran parte de esta materia, a los planetas exteriores. Dado, que los planetas del sistema, se alinean, cada vez que ocurre una intensa “explosión solar”; así, el agua es capturada gradualmente por la particular atracción ejercida en cada explosión solar, sobre cada uno de los planetas de la Galaxia.

Nota:

Marte, el planeta rojo. ¿Será el planeta, del “Edén” de nuestro origen?

- El arquetipo "sui géneris", hallado en el planeta Marte, y su conexión con el de "La Tierra", hace sugerir nuevas incógnitas por aclarar en el futuro próximo; lo cual solo será posible, cuando el hombre visite personalmente a ese planeta; ubicado a 672 millones de Klmtrs., de la Tierra; o, se haga, por medio de sondas robóticas, escavanadoras y excavadoras; que permita estudiarlo; por lo pronto, con la “Cibernética Inteligente”, por medio de la virtualización de la imagen captada; y poder analizarla; así, los “robots” dirigidos por el hombre, mediante la "imagen virtual", harán la tarea, que este no pueda. -

Marte, se acerca (a la Tierra) cada 60 mil años (o, sea, a solo 5 millones de Klmtrs.; un millón menos de la distancia promedio) fecha, lapso (o, espacio de tiempo) muy importante en la “mitología”. Pues, además, esta dice, que sus habitantes (antes de desaparecer misteriosamente) nos visitaron, hace (precisamente) más o, menos, 60 mil años y fundaron, lo que sería el antiguo Imperio Egipcio. Además, según la “mitología sumeria” (que proclama, la existencia de una antigua civilización marciana, que viajó al planeta “La Tierra Central”... - nuestro planeta) - ; Esta sería la respuesta, al interrogante planteado por las huellas halladas sobre supuestas antiguas súper-civilizaciones ocurridas en “La Tierra” (s); (o, en las 4 tierras rocosas, de la franja de vida del sistema, o sea, en su orden con respecto a la lejanía del Sol: La de la emanación; creación; formación y activación, o sea, Venus, Tierra, Marte y Faetón – o, el Cinturón de Asteroides) hace un millón de años. Es expuesta allí, con lujo de detalles. Asimismo, los hipotéticos, sobre repentinos hundimientos gigantescos de la corteza terrestre, debido a desplazamientos de las capas intercontinentales; de los cuales el “Mar Muerto”, es un reflejo de la consecuente destrucción... de Súper-ciudades; como fueron: Sodoma y Gomorra (ciudades – curiosamente - cercanas a los depósitos de petróleo más grandes del mundo.) Ocasionando, otra rareza más, a la red de ellas, sobre la muy segura supremacía extraterrena de nuestro origen: Solo entonces, basta pensar, en que el mismo Creador, lo es; el mismo, repentino, desarrollo craneal humano, sugiere (como reza “La Biblia”, en el Génesis) una intervención sobrenatural. Igualmente, las pirámides de Egipto; la Esfinge y otras asombrosas construcciones pétreas, tanto, terrestres, como submarinas, halladas (y por hallar) nos presenta, en su construcción, una ingeniería muy avanzada para la fecha, con la cual se explica su aparición.

Así pues, el planeta rojo (Marte) nos deleita la imaginación, al sus violentos huracanes y tormentas de arena, destapar y volver a tapar, las huellas de una gran súper-civilización marciana del pasado. Es así como, nuestro planeta “La Tierra Central”; y nuestra memoria genética, nos revela, Súper-capacidades y Súper-estructuras; sentidas, soñadas y hasta construidas, en el remoto pasado, quizás... no tan relativamente lejano. De igual forma, el planeta Marte, presenta, entre sus características curiosas; la muy escasa o, ninguna tenencia de campo magnético; además, similitudes e identidades, muy parecidas a las de “La Tierra” (ya lo veremos.) Igualmente, averiguaremos, la posible existencia de agua (interna); y la explicación, a la captura de dos satélites (¿artificiales y huecos?) Fobos y Deinos; de los que, su circunvolución marciana, conforma círculos, casi perfectos; lo que constituye un misterio que la humanidad, averiguará en el presente siglo XXI. - Por ahora, con “robots” móviles equipados con radares, con una potencia de desplazamiento, de tres a diez mil Klmtrs. Y la misma, capacidad de detectación a profundidad, por radar. – Y lo que se averiguó, al posarse sobre la planeta rojo, el pasado Diciembre del 2003; o, se hará, en otras misiones planeadas, que resulten más exitosas y que recorrerán sobre el Planeta marciano, grandes distancias. - Por el momento, se hará en un trayecto, de más de 20 mil Mtrs. Hasta llegar a algunas colinas y/o, montículos. Siendo, la misión más importante, la de buscar agua, en el subsuelo marciano. –

Nota:

Una vez, halladas algunas respuestas...

Entonces aparecerán nuevas incógnitas formidables: - Si fue una "inteligencia" extraterrena, la autora de tales obras maravillosas halladas en Marte ¿Qué pasó con esa raza capaz de producirlas? - Surgirá entonces la idea del pensamiento antiguo; al postular que - la "inteligencia" - es una sola y eterna en todo el Universo; - así como también, lo es la "especie humana"; en continua transformación, que además, según parece, en el pasado incluso fue capaz de viajar por el espacio exterior; muestra de ello, se encuentra por ahora, en La Tierra, La Luna, Marte, y posiblemente, en Venus y en general por "todas" partes. Próximamente lo vamos a descubrir y a comprobar; ya que, acaso, finalmente; seamos, - un suspiro de Dios, en el tiempo geológico y en la inmensidad del Universo, en el “Espacio-tiempo”.

Teóricamente, el producto o, el arquetipo hallado en el planeta marciano, tiene otra connotación; y es, la de ser la consecuencia de una "inteligencia", capaz de transportarse (inter-estelarmente.) Lo cual, hace suponer que tal y como ocurre en “La Tierra”; con las semillas de las plantas, que vientos atmosféricos, las llevan por todo el planeta; así mismo (en aquel tiempo) pasaría en el espacio, con los "vientos cósmicos”; que estos, a su vez, lo repitieron con la "inteligencia". – Porque, evidentemente, no se trata de que solo seamos (por nuestro tamaño físico) una pesadilla "parasitaria" del gigantesco universo y que, entonces, seamos, una parte mínima de una máxima extensión. – Así pues, nuestra semilla (la de la vida y luego, la de la vida inteligente) viajaría dentro de “asteroides” mensajeros y portadores de mundos mejores. Además, impulsada por los vientos solares, debidos a sus desfogues cíclicos. - Luego, nuestro "ente", relaciona (trasciende y une) al pasado, con el presente y con el futuro; es la relación vida y muerte, la que nos da la misma conciencia del universo; un hacer y un rehacer; un nacer y un renacer; un movimiento y un reposo. - Ya que además, según S. W. Hawking (científico y matemático de 64 años): Todo... nos viene del futuro; siendo... nosotros el mismo, pasado. - Sin embargo, hay indicios, de que seres inteligentes de otros mundos, que viajan a "súper-velocidades" (en Megas y Gigas... Klmtrs./Seg.) que oscilan entre el millón y los 1.000 mil millones de Klmtrs./Seg. , por entre unos "tubos" llamados, "Agujeros Negros Expansivos"; con las cuales (las súper-velocidades) el tiempo, prácticamente desaparece. - Se para (por su estrecha relación con la luz, y por su velocidad con relación a la distancia a vencer) en la inmensidad de los "macro-cosmos", pero, se acelera en los "micro-cosmos"; posibilitando así, además, el paso "Inter-dimensional". - Y que, igualmente, el tiempo, a esas súper velocidades, trasciende del pasado al futuro y viceversa. (Ver, teoría de Einstein. 1879-1955)

Que el "universo, a su vez, tenga *voluntad propia"; sería una posibilidad, que se manifiesta a los astrónomos, en sus continuas observaciones, comparadas, del "Cosmos"; en el cual, el hecho de ser finito, impulsa, la infinitud de su creador. – Sería, "como el cerebro" humano, que se guía por impulsos eléctricos" (generados electro-químicamente); igual, sucedería en el universo, ya que "vientos cósmicos" lo irrigan continuamente; procurando así, quizás, una parte de su razonamiento; o sea, el mismo de "Dios." - *Nota: Como dice Stephen William Hawking (1942), matemático y físico británico, en su "Historia del Tiempo".

Porque, una cosa es una *raza "Natural-local" y otra; una *raza con un "Ser" trascendental, capaz de trasladarse y establecerse, de y en, un planeta, a otro; o, de un sitio a otro (“en un abrir y cerrar de ojos”.) Y otra cosa, es un "Ente", capaz de hacerlo por sus propios medios; entonces, se podrá, "re-pensar"; que una forma, es la naturaleza "humana" y otra la naturaleza "divina”; fuerza; o, energía, que logra "uni-dimensionarse" y alcanzar tales proezas; luego, lo uno, sería el complemento, de lo otro, que "trasciende"; o, que viaja por el universo, tanto dimensional, como inter-dimensionalmente. Ubicando, desde luego, lo divino, en los planos superiores o, en las altas dimensiones, que solo se alcanzará, cuando seamos transformados, en seres de luz. (Apo22-14.)

Nace el amor:

- Narda, ya no se sentía incómoda por las profundas miradas de Febo, más bien, le gustaban. Y esto sucedía mientras la princesa le mostraba al general la suntuosidad de aquellos parajes; sus construcciones rodeadas de espléndidos jardines; sus bibliotecas y sus templos; en fin todo aquello que a ella tanto le gustaba, pues era sabido su gran cultura (a pesar de su juventud); dominaba las matemáticas; la geografía; la astronomía; la filosofía; en fin todo lo concerniente a poseer una fabulosa cultura. Habiendo llegado a uno de los palacios veraniegos del Rey; Narda y Febo se dispusieron a comer y a beber, mientras los bailarines y la orquesta, hacían lo suyo. Al cabo de un rato, habiendo quedado solos, mientras el General dormía plácidamente sobre las rodillas de la Princesa; ésta... inundada de excitación, de pronto... lo despertó y comenzó a acariciarlo. -

Situación que aprovechó Febo, para (una vez terminado el “agape” y el consiguiente baile, durante el cual además, los dos también danzaron) extender su visita acompañándola a su apartamento real; sitio que esa noche... estaba solo, ya que la familia real, disfrutaba de un paseo en otro palacio del reino. Paseo... al que desde luego Narda, no quiso ir. La visita de Febo, se realizó esta vez, directamente en la habitación de la princesa... Visita, en la que Febo, la acostó y la fue desnudando lenta y paulatinamente, como pelando una fruta madura, mientras la besaba ardientemente por todas esas... partes... del esplendoroso, ardiente, tembloso y humedecido cuerpo virginal... de la súper-mujer y princesa Narda; que iba poco a poco re-descubriendo... Así, y siempre... por la primera vez; la desnudó lenta y completamente y desde luego, él también, mientras ella, repleta de excitación y curiosidad; le mordía lúdica y dulcemente... toda la desarrollada y muy peluda musculatura; al grueso y muy alto (gigantesco) General Febo.

Luego ya desnudos y acostados: Febo, dio comienzo, por la primera vez... a las caricias íntimas y ardientes; y por supuesto también a los besos en las mejillas, cuello, hombros, senos y rodillas; en esas torneadas y esculturales piernas; no descontando esos maravillosos y perfumados muslos; tanto por su parte exterior como por su parte interior, hasta llegar con su boca... al sexo de su amada, punto final de tal arremetida. Y así, para... suavemente soplar y resoplar por él, transmitiéndole todo el calor del que era capaz. Con una tremenda vibración circular, dental y lingual; mientras Narda... se aferraba apasionadamente a los velludos músculos de Febo, dedicándole a cada uno... su tiempo. Febo, esa noche (por la primera vez) se consagró solo al clítoris de su amada, justo allí, le aplicó tales vibraciones, que alternaba succionándole fuerte y rítmicamente la vagina; por unos 20 minutos; hasta detectar el orgasmo; o, los orgasmos en cadena, emanados del súper-cuerpo delicado de su Narda, y seguir así tal acción alternativa; hasta conseguir una fuerte convulsión acusadora de otros orgasmos... y muchos otros más. Mientras Narda apretaba la nuca de Febo, tomándolo de sus muy bien desarrollados trapecios.

Luego, durante el sopor correspondiente, debido al intenso jadeo que producían los orgasmos; el turno fue para sus pies angelicales (para tranquilizarla) que eran lamidos por entre los dedos y en las correspondientes plantas. Así era succionado, nuevamente y prácticamente, palmo a palmo, poro por poro, todo el espectacular cuerpo de su Narda adorada; para devolverse muy despacio, lamiendo y besando intensamente ese maravilloso cuerpo y rematar succionado con suma ternura, esos erectos voluminosos y tiernos pero firmes senos, de su adorada... y mordiendo con suma suavidad, con los labios, los pezones arrebolados de la Princesa.

El general, la pasó alzada, como una pluma, a la alberca, sitio en el cual, le estampó un ardoroso y prolongado beso, y otro y otro... en la boca que Narda... entreabría aceptando el intercambio lingual y salival... con pasión; así nuevamente... los dos... bebieron... del elixir del amor, por otro largo rato, en señal de despedida. (El general partía, al otro día.) Entonces, Narda, bajó al sexo de su amado, y prácticamente... se metió todo... el bien desarrollado pene del (agigantado, con más de 25 Ctmtrs., desde la raíz; y casi dos pulgadas de grueso) generalísimo Febo, en la boca y le chupó el miembro, con tal asiduidad que el General, ya no aguantó más... y loco de pasión, la interrumpió y le estampó en la boca una serie in-interrumpida de largos, apretados y sensuales besos... y contra la baranda de la escalera del estanque; Febo, trató por la primera vez de penetrarla vaginalmente, pero no lo logró, por lo estrecho que era tal sitio. Entonces, en un gesto de locura sexual , desesperadamente... la alzó y la acostó sobre los cojines de variados colores; ubicados cerca del estanque y justo allí la medio-penetró... (vaginalmente) de un solo envión (el general Febo evitó meter toda su armadura sexual, dentro de la vagina de su amada, seguro para evitar desgarramientos y perforaciones innecesarias); acto, que Narda... contestó con un quejido fuerte... despidiéndose de su virginidad para siempre, mientras le clavaba las uñas en el pecho al General, en una acción instintiva... tratando de evitar lo inevitable. Pero, esa noche... Narda... ya tenía parte... del muy bien desarrollado miembro de su amante... bien adentro de su vagina, y desde luego, ya no había sitio para el arrepentimiento.

Así Narda, la Reina de Marte, fue poseída de verdad por primera vez. (y desflorada) Dejando sobre uno de los cojines cercanos al estanque, la huella inconfundible de la sangre fresca y bien roja, del himen roto y fiel testigo, hasta ahora... de su virginidad... consumada. Cuestión, que el poderoso y experimentado general Febo, sintió (el desgarramiento del himen, hasta ahora intacto) perfectamente, en su gigantesco órgano viril.

Febo, hace toda... suya a Narda:

Resumiendo: Narda, fue besada y poseída por su vagina, la primera vez, por Febo. Hasta que éste se eyaculó (por afuera de la vagina de su Narda.) Parte del líquido, que ella, se apresuró a rescatar, chupar y tragárselo con pasión. Luego de descansar un rato, abrazados y entrelazados sus cuerpos, siguió otra larga, desesperada y acalorada sesión de prolongados, tiernos y amorosos besos de más de media hora. Fueron unos besos tan ardientes, como brazas; e inolvidables, llenos de pasión y de entrega, que otra vez realizaron, pero esta vez, en la cama de la princesa.

Relación sexual, que pasados los iniciales ardores; Narda, esta vez... inició montándosele encima a Febo. Así, empezar a moverse, magistralmente, menándose y arqueándose con un ritmo no interrumpido. Tal fue la tremenda succión sentida... (debida a los arqueos de cintura de la princesa) que Febo, ya no pudo más y se la sacó de encima, de su cuerpo; rematando... el acto sexual eyaculándose nuevamente por fuera de la vagina de su amada. Y entonces, nueva y rápidamente ella, le chupó el miembro succionándole, lo último que le quedaba, del líquido perlático, de su amado novio. (Pues con esta actitud, el General Febo, le estaba, tácitamente, asegurando que se casaría con ella.) Los reanudados y apasionados besos fueron como el preludio de otra entrega sexual ya muy próxima que Febo, culminó después de un largo rato (Febo, sabía demorar, hasta límites insospechados, la terminación y la iniciación del acto sexual) de la misma forma que las anteriores veces, eyacular por fuera de la vagina de su Princesa del alma. Acto que nuevamente y rápidamente Narda, culminaba chupando el miembro de Febo, para sacar y tragar, lo último que pudiera quedar del semen del basto miembro de su amado novio.

Finalmente, después bañarse nuevamente, enjabonarse y refregarse con libaciones y perfumes aromáticos del oriente; y de mutuamente descansar un rato, acostados en la cama de Narda. Febo se incorporó para vestirse. Sin embargo, Narda... se despertó, e insistió en que Febo, volviera a repetirlo. El General, la volteó y por detrás la poseyó, haciéndole el amor anal, una enloquecedora vez más, eyaculándose esta vez y del todo, muy adentro del súper-cuerpo de su amada. Luego se dieron otro baño y allí Febo, la izó contra su cuerpo y la poseyó una última vez; en esa noche de loca pasión. Luego la acostó y la cubrió en su lecho, con sabanas frescas que halló en un baúl... diciéndole muy quedo al oído:

Febo: - Mi amor... ahora, solo espero que nos encontremos en nuestros sueños... Feliz noche mi vida. Te dejo en este beso un recuerdo de tan deliciosos e inolvidables momentos, gracias mi amor por permitirme estas caricias; gracias por dejarme y por dejarte hacer todo... al regalarme tu virginidad... y todo... lo demás... fue un honor... por el cual te haré mi esposa; delicias que recordaré siempre, hasta mi muerte... y que es y será para mí... todo. Mi Narda del alma. Con esta acción, ya no hay duda... quedamos comprometidos en matrimonio. -

La princesa, se las arregla para poder amar a su Cneo de siempre.

Pero, no obstante Cneo, (ahora oficial de la guardia personal de la princesa, Narda, comprometida en matrimonio con el poderoso Generalísimo “Febo de Fatón”) no desaprovechó la ocasión de tenerla a solas y en su apartamento real. Entonces, la recorrió toda... sin despojarse del uniforme; desde arriba hasta abajo, llenándola de abrasadores besos y de caricias suaves e insinuantes. La envolvió con ellas y la llenó del aliento caliente de la pasión encendida que le despertaba ella... y solo ella; por todas las partes de su cuerpo, sobretodo, ahora, después de un largo rato, movido por la repentina actitud receptiva de la princesa, algo indecisa, pues todavía estaba muy fresco el recuerdo de su General Febo. Pero, sin embargo, sucedió, entonces que la Princesa... Narda, con sus manos ya... ayudaba al joven Cneo, a apretar sus senos erectos, ahora a explotar de la pasión sentida. Cneo, entonces... procedió a desnudarla, muy hábilmente, poco a poco... imperceptiblemente. Luego, de una larga sesión de muy demorados, estimulantes y apasionados besos en la boca, nacarada sensual y tierna de Narda, la bellísima “Princesa de Marte” y futura Reina: de Marte y Faetón.

Un amor que se afianza.

Cneo, ahora primer oficial de la guardia personal de la princesa Narda, se encontraba pues, copulando con ella; metiendo y sacando con ritmo su lengua, en la boca de su Princesa, mientras, la acariciaba con suaves masajes en las piernas y en los voluptuosos senos de su amada... entonces, ahora ya desnudos; hasta embriagarse con la miel de su boca y con el aroma de su cuerpo escultural y bello. Repentinamente (calculando Cneo, que ya estaba debidamente excitada) con algún disimulado y un leve forcejeo, bajó directamente hasta el sexo vaginal de su amante secreta y se lo succionó, esta vez con mucha fuerza por un largo rato. Tanto, que ella emocionada y jadeante, repentinamente le abrió todo el portal del sagrario, de par en par. Situación que Cneo, aprovechó y se lo succionó con fuerza una y otra vez... muchas veces... hasta notar varios orgasmos... que Narda, desgonzada y jadeante... arqueando su cintura y levantando sus muslos teniendo además, las piernas arriba, ayudada con sus manos; en actitud de completa entrega, se abrió totalmente sus pliegues sexuales y le rogó a Cneo, que la penetrara. A lo cual, éste accedió complacido y lo hizo tres veces seguidas; (sobretodo las dos primeras) esta vez, procediendo con una novedad... al eyacular su gran pene... bien adentro... muy adentro de la hirviente y hasta explosiva vagina real, que ya borboteaba líquidos del elixir sexual, y ahora... muy receptiva de su amada.

Narda, al sentir (por la primera vez) golpear, en el cuello de su útero, el calor del gran chorro contenido, del semen de su “amante secreto”; entonces, enloquecida y llorosa de pasión experimentada, se montó y sobre el cuerpo joven, vigoroso y lampiño de Cneo; y le hizo la faena sexual: con arqueos y remolinos de cintura... largos y rítmicos que le hacían sentir a Cneo, una succión muy fuerte, tan fuerte que después de un rato de tal faena; Cneo, cambian de posición y ahora él encima de ella... después de un delicioso y prolongado himeneo... nuevamente se le eyacula, muy... muy adentro de la vagina de su amada; produciéndole a Narda... un doble placer simultáneo: el del golpeteo del semen caliente y el del roce de la cabeza del largo y grueso pene de Cneo; en el cuello de su “útero” ya... vibrante, candente y sensibilizado al máximo... Con las consecuentes contracciones del monumental súper-cuerpo de Narda; quien apretaba y casi rasguñaba y mordía... los gruesos labios del apuesto joven Cneo... desesperada y loca de pasión... rasguñaba también los trapecios y los pectorales acerados de su amante. Mientras a Cneo... con sus manos fuertemente entrelazadas sobre la cabeza de Narda, se le salían algunas palabras de la gratificación sexual inmensa, sentida (desde la nuca hasta el fondo de sus testículos) experimentando... fuertes tirones y chupones en la cabeza de su miembro (como si fuese ordeñado por la vagina, tan estrecha, palpitante y anhelante de su amada) en ese instante, al máximo, debido principalmente a los arqueos convulsivos de la cintura de avispa... de su Princesa; durante aquel bacanal sexual:

Cneo: - Hay... mi amor que delicia, me muero... me muero. Por favor, quiero que esto no termine nunca, hazme más y más, te lo ruego... que rico.. Hay... hay... así... así... eso. eso... eso... -

Narda: - Huy... huy... Dámelo... déjame que quiero chupar, antes de que se te acabe ese el líquido que botas... hum... que rico.. que rico... que rico... que rico... -

Y sucedió que una noche, otra sorpresa le esperaba a Cneo; su real amante, le aguardaba ahora acompañada de su también muy joven y quinceañera esclava, llamada Charmión (una negra a todo dar); para hacer el trío amoroso. Narda, después de haber perdido su virginidad, se volvió una asidua del placer sexual; y ya no solamente quería estar conectada sexualmente a toda hora; sino, que también esperaba además y simultáneamente, las caricias que siempre le había prodigado su esclava; cuando completamente desnudas, entrelazaban sus piernas, enfrentaban sus vulvas y así (tomadas fuertemente de las manos) ya sus labios vaginales unidos, chupaban rítmicamente sus respectivas vulvas; mientras se frotaban, con ardor juvenil, sus clítoris, hasta llegar a los respectivos orgasmos. Pero resulta que Charmión, era muy estrecha (además, que también era virgen); y casi el pobre Cneo, no puede desflorarla; ya que el problema (por lo muy cerrada); no solamente era penetrarla, sino sacárselo, después de poseerla, debido a su tremenda succión vaginal. Pues, hasta que Charmión, no experimentaba algún descanso sexual, no aflojaba sus paredes vaginales.

Sin embargo, desde la marcha del General Febo, Narda, vivía de un modo completamente maquinal. Ni siquiera sus diversiones favoritas lograban distraerla (solo el sexo); todo le recordaba a Febo. Ahora, Narda vivía en su villa real, cercana a la costa de Mareotis (sitio en el cual fue desflorada); junto con su oficial de guardia Cneo; y su esclaba confidente Charmión. Y un día, cuando empezaba a subir la gran escalinata de mármol rosa, del “Palacio Campestre”, la invadió la misma impresión de soledad, por la ausencia irremediable de Febo. Le faltaba la presencia de su General; que desde antes de su ida, se había convertido en su “novio oficial”. Añoraba sus brazos endurecidos por las batallas; su voz de mando (y sobre todo su estupendo y vigoroso falo, capaz de enloquecerla.) Mientras le comentaba a Charmión, los deliciosos momentos obtenidos en la compañía del gran General Febo (pues, hicieron el amor en todas las formas y por todo el ala privada del palacio. Resultando el gigante general, el triunfador indiscutible, en el corazón y del cuerpo de Narda) Estado en esas, le llegó un correo que anunciaba la visita del General Febo; en el cual le avisaba los preparativos para la boda. La princesa Narda, con solo 16 años; se casaba con un general, que más que le triplicaba la edad (le llevaba 36 años): 52 años; pero que sin embargo y no obstante, ya adoraba.

Capítulo III

Pero, el General Febo... era casado, y estaba gestionando su divorcio, y no lo había obtenido todavía; y por lo tanto la boda real, fue pospuesta en forma no determinada. Golpe tras golpe, éste, fue uno muy duro para la princesa; tras el otro, dado, por la repentina muerte de su padre. Aunque ahora Narda, era la Reina absoluta de Marte, le resultaba muy doloroso ser una reina solitaria (sin consorte.) Y como no quería ser la amante oficial de un General; que por muy poderoso que fuese no podía casarse con ella; tuvo o, le tocó rechazar a Febo; en forma , igualmente, y por demás, no determinada. Teniendo éste, que partir a su planeta, con el corazón destrozado.

Cneo... Cneo... llamaba Narda a su “amante secreto”; por los jardines de su Palacio... que llenos de fuentes, que fluían, interrumpían el llamado de su Reina. – Dime Cneo... ¿crees que lo volveré a ver? – Lo volverás a ver, dueña mía, le contestó Cneo... - acercándose a la Reina Narda. - Pero ella le rechaza con suavidad. Hay ciertos momentos, en que incluso el rostro de Cneo, a pesar de su juventud, y de aquella belleza salvaje de “señor de los desiertos”; que sin duda le había seducido; no le inspiraba ahora, más que un vago sentimiento de desagrado (Narda, ya estaba sexualmente cansada de él.) Solo, lo soportaba por las noches (y no todas, pues, para una mujer tan poderosa e inteligente, el solo sexo, no era suficiente.) Definitivamente, la Reina, añoraba a su Generalísimo Febo... hasta soñaba constantemente con él.

Pero, Cneo... siguiendo las lecciones de su dueña, al percatarse de tanta desilusión y diplomático alejamiento; aprovechó un extenso y largo “Viaje de Estado”, de la Reina junto con su esclava Charmión; y empezó a cortejar a la princesa Arsinoe; que ahora contaba 14 años; y quien cada día estaba más hermosa; casi o, más que la Reina. Empleando para ello, la misma táctica que utilizó para acosar sexualmente a la Reina Narda... Después de que ella (Arsinoe) le había confesado, que ella, era fiel testigo de ese “amor loco” por la reina; ya que ella se hacía la dormida, mientras él la poseía; y que ella, también se excitaba... y se masturbaba; oyendo tan apasionados estertores sexuales de su hermana. Arsinoe... entonces, le confesó que lo amaba y admiraba desde niña; todo comenzó, cuando durante una velada, Arsinoe, bailó para él. (Arsinoe, bailaba como felino... en celo, y lo hacía de mil maravillas.)

Una mañana, Cneo, acudió a una invitación de la princesa Arsinoe, y muy temprano... aquellos ardientes besos, dados, por todo ese maravilloso cuerpo de sirena; que lo esperaba desnuda, bañada perfumada y fresca (después de Cneo... desnudarse completamente); fueron más intensos y demorados que nunca; era la primera vez, en éste preámbulo de entrega sexual, con besos despaciosos... al recorrer la anatomía de su piel, poro a poro; Cneo, vivió lo que se experimenta con una verdadera mujer... ya que se intuía el agradable, inconfundible y embriagador aroma de su sexo virginal y ya bien desarrollado. Arsinoe, poseía una vulva bien abultadita; pues, al acariciar y lamer el sagrario, incrustado en esas partes íntimas de sus atractivos muslos; Cneo, también constató su virginidad. Así, Arsinoe, prácticamente fue lamida y relamida toda... y apretada toda... muy despaciosa y suavemente; en una ya... urgencia disimulada de exigencia y de entrega sexual. Mientras Arsinoe, agarraba y mordía al lampiño, resbaloso, fuerte y bien desarrollado cuerpo de Cneo... suavemente, cada músculo... muy bien cuidado en el gimnacio; Arsinoe, suspiraba, como algo soñado y hecho realidad: Sus espléndidos pectorales; sus deltoides y trapecios; sus bíceps; lo mismo que los de sus piernas y muslos acerados que tanto Arsinoe, admiraba desde niña (ya lo conocía desnudo, pues lo había visto furtivamente, mientras fingía que dormía); y por los cuales ahora, estaba dispuesta a darlo todo... hasta su virginidad.

A pesar de todo y con todo, esas caricias íntimas y esos besos, eran aceptados con urgencia esa mañana, más que nunca; a Arsinoe, le parecía que esto era un milagro, que era un sueño... Tanto, que Cneo, casi sin preámbulos eróticos, llegó directamente, a succionar en el sexo virginal de la princesa Arsinoe... Quien, lo esperaba (y añoraba) lista, para la consumación del acto; completamente desnuda y envuelta solo, con sus abundantes cabellos sueltos... a morir. Fue una acción sexual demorada y repetitiva, mientras Arsinoe... agarraba con sus dedos entrelazados, fuertemente y levemente... por la nuca a Cneo; para soltarlo solo hasta, después de un rato, y denotar el jadeo... ésta vez más sonoro que nunca; y con un fuerte asesar y un temblor de su región pélvica; Arsinoe, casi se desintegra; con no uno, sino varios orgasmos convulsivos de esa súper-niña hecha ya toda una mujer; quien... en ese trance... erótico arqueaba todo su esplendoroso cuerpo mientras desesperadamente se apretaba los senos. Tal era, la fuerte emoción sentida por Arsinoe, hasta el punto, de Cneo, ser interrumpido por ella, para (llorando de la excitación) ser besado... en señal de agradecimiento, por la acción sexual realizada. Por esto, y solo por esto... Arsinoe, se desveló y masturbo tanto...

Cneo... nuevamente, la besaba en la boca, succionando y entrelazando sus lenguas por varios y largos 20 minutos, como respondiendo a ese amor apasionado y bello. Acto repetido... hasta la mutua saciedad sexual. Luego, coloca la boca de Arsinoe, en su miembro, y se bajaba al sexo de la princesa; y así en esa posición invertida (la 69); Cneo, le indica, que los dos, chupen sus respectivos sexos, largamente y con ritmo, mientras los dos, se desbarataban sus nalgas con las uñas (y/o, glúteos unos chiquitos y muy fuertes - los de Cneo - y los otros grandes parados y duros – los de Arsinoe -); con gran ansiedad y delicadeza mutuas; y con una pasión indescriptible; hasta desahogarse mutua y sexualmente, por dos enloquecedoras veces seguidas. Pues...Arsinoe... ya se tragaba todo el muy bien desarrollado pene de Cneo.

Cneo, con sus abultados labios, como forrando sus dientes, para no lastimarla, sostenía el clítoris de Arsinoe, mientras que con su lengua, se lo vibraba intensa y rítmicamente; al mismo tiempo que sostenía separados con sus dedos los bien desarrollados labios menores y mayores, de la vagina de su amada princesa. Sin embargo, aún... sin atreverse a poseerla (penetrándola por la vagina.) Seguro, algo le decía a Cneo, que todavía no era el momento, tan esperado. Eso, sería solo... cuando su Arsinoe, se lo insinuara abiertamente, aunque ya lo había hecho. Pues, Cneo, pretendía, no solo eso... sino que le aceptara su palabra de matrimonio y desde luego que le rogara insistentemente, que lo hiciera; prometiéndole, y dando pruebas, de que después se casarían. Cneo, no deseaba más desilusiones y quería asegurar para siempre tal tesoro real. Mientras tanto, había que esperar con paciencia. Sobre todo, a que Arsinoe, fuese un poco mayor; y que también, le diera pruebas de que lo amaba con amor eterno. Cneo, se consolaba... pues, lo demás... ese súper-maravilloso cuerpo de sirena, con cintura de guitarra, era todo... o, casi todo suyo. Cneo, con tales caricias íntimas, se había percatado de la indiscutible virginidad de Arsinoe; y pensaba que ésta, fuese solo para él, ya que, la virginidad de su hermana, fue para el Generalísimo Febo.

En esta forma, se fue desarrollando la gran pasión de este amor tan extraño que se inició (cuando, se sabía que estaban solos pues, a veces la familia real, permanecía en otros Palacios del campo; Arsinoe, ahora, vivía sola.) Una vez, instalados en la alcoba del real apartamento privado de Arsinoe, Cneo, rápidamente le introducía su cara, en el medio de los muslos, a Arsinoe; al principio, fingía dormir sobre ellos pero, disimuladamente le resoplaba... insistentemente con su boca; hasta cuando esos maravillosos y largos muslos blancos se encontraran entreabiertos y receptivos. Súbitamente, como buscando con ansiedad algo perdido; entonces, esperaba un poco y contenía el aire, subía y bajaba (resoplando muy suavemente) a palmos por ellas (las piernas y los muslos de Arsinoe) hasta hallar (con alguna dificultad, debido a la resistencia y al forcejeo instintivo de su amada) finalmente... el “gran tesoro” buscado que era la puerta del sexo de su Arsinoe; para resoplárselo con toda la fuerza que era capaz. Así, de repente, como una flecha, llegaba directamente, por encima del calzón que siempre... protegía la vagina de su amada, quien, ya solo, ponía cierta disimulada y leve resistencia y sobretodo... hallaba solo una barrera coqueta, compuesta por por sus manos.

Forcejeaban un poco, pero Cneo, siempre o, casi siempre lograba su fin y entonces, solo entonces... le quitaba el vaporoso calzón y luego la diminuta pantaleta... ya humedecida y le abría bien los muslos... y al fin: Cneo, se pegaba de la vulva vaginal de su amada y le chupaba larga y fuertemente tal sitio... luego con la lengua y los dientes, le vibraba... rítmicamente el clítoris, mientras que con sus dedos mantenía bien separados sus desarrollados labios mayores y menores vaginales. Después... mientras Arsinoe, emocionada, tremendamente excitada... y loca de pasión... tomaba a Cneo, de la nuca... entrelazando fuertemente sus dedos... mientras éste, se lo succionaba (el bifurcado y algo grueso clítoris) por unos 20 minutos; hasta, presentir varios orgasmos que se venían en serie, acompañados de estertores fuertes y jadeos convulsivos prolongados y sonoros... fundidos en un arqueo de cintura y en un vibrar muy fuerte de su pelvis; y además, ocurría un rechazo involuntario que Cneo, respondía con fuerza inusitada, para asegurar la completa satisfacción sexual de su amada. Que al suspendía... con una fuerte palmada en las nalgas de su adorada, la cual, le permitía combinar el placer con el dolor.

Enseguida, de un rato de descanso sexual, Cneo... se devolvía y subía por el tronco monumental de Arsinoe, con suaves y prolongadas succiones en sus senos coronados por unos entonces ya, muy duros y arrebolados pezones. Prontamente, Arsinoe... se desgonzada indefensa y satisfecha; más tarde... Cneo, la llevaba cargada de la alberca al dormitorio de su apartamento real. Y/o, la pasaba a su cama, estando instalados en el apartamento real de Arsinoe, y allí, terminaba de desnudarla. Cneo, se desnudaba también y acostados con su miembro bien erecto... Cneo, la recorría suavemente... muy suavemente, por todo... el espectacular cuerpo de su amada; deteniéndose en sus voluptuosos senos, para pasarle el pene... por la mitad de ellos y con ellos, apretárselo cadenciosamente.

Posteriormente, con los dientes, la mordía muy suavemente y la recorría bucalmente, sorbiendo todo ese voluptuoso cuerpo de muñeca, una y otra vez. Mientras, ella hacía lo mismo... con cada músculo de Cneo, que pasaba por su boca; mientras le acariciaba con infinita suavidad el miembro a su amado. (Ya que a Arsinoe... lo que más... más admiraba y adoraba de su Cneo, era su falo... que ella al principio a hurtadillas ya conocía muy bien; hasta se masturbaba pensando en eso... y que lo consideraba muy bien desarrollado y en efecto; a Cneo, el pene le medía erecto, desde la raíz 0,23 Ctmrs. , de largo; por casi dos pulgadas de ancho.) Cneo, la recorría con su lengua; de arriba debajo de frente y de espaldas. Arsinoe, entonces, recibía un masaje energético y erótico, también, desde luego, que en sus (muy consentidas y admiradas por Cneo) espectaculares, paradas, duras y formidables nalgas, de casi un Mtr. , de diámetro que hacían un fuerte contraste con sus casi 0,55 Ctmrs. , de cintura y sus 95 Ctmrs. , de busto. Hasta que nuevamente, ante ese monumento de diosa (sin nada de celulitis) de algo más de 1,85 de alto; cultivado con el deporte, la natación y el gimnasio.

El tremendo cuerpo de Arsinoe, siempre para él, abierto y receptivo; y con el sagrario de par en par; era montado y poseído de verdad; Cneo, la penetraba con el furor de un adolescente y luego la cubría toda con su esperma varias veces; hasta quedar sexualmente exhausto. Con todo eso, era más que suficiente, se llenaba, se embriagaba, tanto del fluir de su sexo, como de la miel de su boca; y sobre todo, que así... era como se fortalecía ese amor intenso y único; grande como ninguno, por ser a pesar de todo... de verdad. Sin embargo, al rato de descansar sexualmente, surgía de nuevo la explosión apasionada de la recién iniciada... sexualmente Arsinoe (que como el carbón: Tan duro para calentar, pero que una vez candente... su llama dura el suficiente rato... como para desfallecer al amante más exigente) provocada y excitada por la boca de labios gruesos de Gneo; por las constantes y rítmicas succiones y por las presiones de la larga lengua de Cneo, en su vagina y en su clítoris; entonces y solo entonces... después de varios orgasmos, se hacía nuevamente manifiesta la pasión de Arsinoe. (Y además, siempre, después de varias eyaculaciones de Cneo.) Quién le pedía que la penetrara nuevamente, no por detrás, sino que esta vez fuese por la vagina; y que se le derramara, bien adentro... (de su seguramente que apretada, estrecha, estimulante y tremendamente succionadora... vagina.) Acto que de solo pensarlo le provocaba una excitación sin igual. - Arsinoe, era seguramente que un polvazo inolvidable... reflexionaría Cneo, después de haberla perdido.

El hecho seguido al de la satisfacción sexual; entonces, ellos entrelazaban sus lenguas y sus cuerpos, todavía unidos sexualmente por detrás y así, permanecían... por un largo rato; Cneo, con movimientos muy leves para no perder su erección y/o, para provocarla de nuevo; duraba con Arsinoe (penetrada por detrás) hasta por 20 minutos; y después, sí... comenzaba, otra ardorosa faena sexual que duraba... otros 20 minutos; de una dicha y de un placer sexual indescriptibles. Hasta que Arsinoe, enardecida y loca por la pasión que le provocaba, la demostrada, experiencia y potencia sexual de Cneo... se subió sobre él; y ya... entonces... no aguantando más la espera, por lo que tanto quería, y por lo que se había masturbado tanto; disimuladamente ella misma, tomo de la raíz el falo de Cneo, y se lo enterró en su vagina; y ya totalmente penetrada... con fuertes movimientos circulares y arqueos rítmicos de cintura, y sorprendentes giros convulsivos de su ya... muy endurecido busto; hizo ver a Cneo: El cielo y las estrellas, del disfrute de tal himeneo, hasta que Cneo, se derramó adentro muy adentro del cuerpo de Arsinoe; (Cneo, se sintió... como ordeñado, por la fuerza de succión de la vagina de su amada.) Arsinoe, en ese preciso instante, todavía penetrada, jadeante y sudorosa le masajeaba muy suavemente la nuca a su amado y le aplicaba unos fuertes besos en la boca, como para que Cneo, terminara de sacar toda su fuerza sexual contenida por la completa abstinencia, a que estaba siendo sometido por la Reina.

Así que Arsinoe, resultó una muy buena alumna y repetía al pie de la letra, las lecciones recibidas de su Cneo. La verdad, cada faena sexual, producto de la experiencia y de la juventud, era digna de un tácito y prolongado aplauso. Por la forma de moverse y la duración tanto de la iniciación, como de la terminación explosiva y convulsiva del acto. Pero, resulta que cuando las circunstancias los separaban por algún tiempo y desde luego, cuando eran suspendidas las sendas visitas hogareñas. Pues, ahora los dos, a veces, eran controlados y espiados por la Reina. Entonces, era tal la situación, la necesidad y el hambre de la entrega sexual; que se entendían a señas y por telepatía se amaban; era como soñar despiertos. Para ellos, un instante de amor era como un siglo. Cneo, la conducía a los rincones; o, a señas se ponía cita con ella... en los jardines y allí, parados, la poseía; siempre y cuando, la hermana de Arsinoe, no le llamara para indicar la llegada de alguien al apartamento real y estar Arsinoe, presta y presurosa para llegar a tal sitio.

Resulta... que la capa real de Arsinoe, era lo suficientemente grande como para taparlos a los dos; y en un descanso del jardín (muy poco concurrido) ocultos del cuello para abajo... Cneo, le descorría el protector y la pantaleta a su amada; y él parado contra la parte interior del descanso del jardín, izaba a Arsinoe contra su cuerpo y ella... con las piernas entrecruzadas en el cuerpo de Cneo; se colgaba al cuello con sus brazos y sus manos entrelazadas al pescuezo; a la vez que Cneo, la sostenía de las nalgas, con sus fuertes manos. Así Arsinoe... era totalmente penetrada, entonces los dos entrelazaban sus lenguas y ya, con la sola succión vaginal de Arsinoe (que era muy fuerte) que aumentaba por la succión de Cneo, en la boca de su amada (quien, además sentía, en esa posición, la gran envergadura de su amado); además, por que Cneo, le entraba y le sacaba con ritmo, la lengua en la boca de Arsinoe; y sobretodo... al mirarse fijamente; pues, sus iris visual mutuos; se agrandaban como internándose mentalmente, en una entrega del uno entre el otro. Así, el estar conectados sexual y mentalmente, por un rato; era suficiente (ejercicio de yoga) para hacer derramar a su amante; y Arsinoe... ya suficientemente excitada, al sentir el fuerte chorro caliente de semen, a la entrada de su útero y además, por el cosquilleo de la cabeza y del largo y grueso pene de Cneo, en el cuello de su útero; ya que en esa posición tan especial, se incrementaba en tal forma que hacía que Arsinoe... soltara, una gran cascada en serie de orgasmos.

Acto que casi nunca repetían, para de pronto, ser sorprendidos. O, si lo hacían, lo repetían después de un intervalo. Mientras se acariciaban y besaban intensamente. Y una vez investigada la situación se colocaban en la debida forma para realizarlo por una, dos, tres y hasta cuatro veces (no seguidas) en una tarde, en la cual Arsinoe... no iba al salón, donde su profesor le enseñaba (o hacía que se iba y en el puente, furtivamente, se devolvía por otro camino, al sitio ya convenido con su amante y se quedaba escondida, esperando a su ahora “amante secreto”.)

O, también lo hacían sentados a lo “Buda” (debajo... de una mata baja y muy frondosa, que se hallaba en los jardines cerca del Palacio; (no desaprovechaban sus paseos.) con sus piernas entrelazadas; Arsinoe, sentada encima de Cneo, éste le descorría el calzón protector y la pantaleta; y se sacaba el miembro y tomándolo de la raíz, la penetraba; y unida sexualmente a él, sus bocas entrelazadas y tapados con una gran capa roja, permanecían así... toda la tarde conectados sexualmente; haciendo el amor, casi solo... mentalmente (a lo yoga.) Hasta quedar totalmente exhaustos. O, cuando podían y disponían del tiempo suficiente; salían, a un (determinado) inmenso paraje campestre solitario cercano al Palacio, lleno de margaritas de 0,60 Ctmrs. , de alto. Donde, al llegar (Arsinoe, era desvestida lúdicamente... casi a la fuerza.) Y/o, con grandes risotadas, se desvestían... y desnudos, corrían hasta darse alcance el uno al otro; generalmente, Arsinoe, era la primera en correr para ser alcanzada por Cneo; agotada... Arsinoe, era poseída (lúdicamente) a la fuerza. Acto, que repetían hasta cuatro veces... seguidas. Para luego, vestirse, reposar y llegar abrazados, a un sitio más cercano al Palacio donde vivían.

O, algunas veces iban disfrazados, a la ciudad más cercana, a los baños turcos”, alquilaban cabinas para parejas y allí ejecutaban por tardes enteras su odisea sexual. Finalmente, cuando la necesidad los apremiaba, y deseaban variación en el acto; iban a “hospedajes” y allí gozaban del amor sin ninguna limitación, practicando cuanta posición, en el himeneo sexual, era y ha sido inventada. Hasta que descubrieron un determinado “hospedaje” que poseía todos los adelantos para amenizar y variar el acto sexual, entre ellos uno, muy curioso llamado “La Hamaca Batiente”, que consistía en sentarse la amada, dentro de una especie de hamaca, con un hueco circular (ajustable) de aproximadamente 0,40 Ctmrs. , de diámetro, exactamente en el centro de la hamaca, con las orillas protegidas por un borde muy grueso, en caucho muy blando y sostenida por las dos puntas; o, argollas, de la parte central del techo de una habitación lujosamente alfombrada y sin cama, solo rodeada de grandes almohadones forrados en sedas de fuertes colores y llena por todos lados de grandes espejos.

Luego, de repasar las instrucciones; entre ellas... que la amada debe permanecer lo más quieta posible y el amado lo mismo; el amado se ubicaba debajo de las entonces colgantes y salientes nalgas de la amada; la ajustaba a su altura.. cubito dorsal y la penetraba... y luego ordenaba (a un esclavo eunuco y mudo) que le diese las suficientes vueltas muy despacio y soltase... cuando se detenía la hamaca... ya los dos amantes se habían satisfecho sexual y simultáneamente, en el caso contrario, lo repetían hasta lograr la completa satisfacción sexual; acto que repetían encantados, durante toda una tarde... hasta por cuatro largas e insistentes veces de otras tantas y tantas vueltas necesarias para los eventos sexuales requeridos para calmar sus sendos y desde siempre, muy voraces apetitos sexuales.

Pasado el tiempo... de hacer el amor a escondidas... lo único que preocupaba a Cneo, era un ligero gemido, salido desde dentro, muy dentro de su amada, por cada furtivo beso recibido en la boca de su amada. Era de dolor, una queja quizá, era de pasión, era de rechazo o, era de entrega. ¿De qué era? Ese imperceptible, pero muy claro ¡Ju! Seguramente, que era la expresión inconsciente, que suelta un ser del cielo, al tratar de evitar, ser acariciado íntimamente y luego ser besado en la boca y posteriormente poseído. O, era un lamento o, un quejido quizás, por no poder consumar el acto. Y de ser así... pues, buscar un sitio cercano con urgencia (los jardines del Palacio); en el cual continuar, los devaneos eróticos de la pasión e, insistir con algún forcejeo, e incursionar por el sexo de Arsinoe, para por ahí, succionar con fuerza, literalmente toda la química, de su súper-cuerpo de diosa. (Para Cneo, lo más delicioso de este mundo... era la escencia y el olor genital de su amada.) Así, el sexo y la sintética escencia de su Arsinoe adorada... se constituían... en la sustancia misma de ese amor apasionado y loco.

Concluyeron así, en el pensamiento y en sus sueños, las faenas amorosas y eróticas, realizadas a escondidas con su amada y/o, ahora... su amante secreta”. Finalmente, para Cneo, Arsinoe... sería en su vida algo que recordaría gratamente a cada instante. Por intermedio del acto (o, generalmente de los actos) de amor sexual intenso Cneo, sentía a su Arsinoe, entrar dentro, muy dentro, de su ser, por todo el resto del día y/o, de la semana; según el caso. Por medio de esos besos, dados con calor, en las mejillas; en el cuello; en las preciosas piernas y en las rodillas de su adorada princesa; recorridas aún por todo su súper-cuerpo de reina, hasta el supremo enardecimiento de la pasión; y luego, repetida tan deliciosa acción, una y varias veces, hasta detectar el jadear de excitación de su Arsinoe; para rematar, en sus esplendorosos senos que Cneo, succionaba con pasión.

Y así, su Arsinoe, era adorada y energizada sexualmente, una y otra y otra vez, hasta que Cneo, a veces, la desvestía, de la cintura para abajo (dejándole el vaporoso faldón) para proceder a izarla a su cuerpo y así cubiertos por la amplia capa real de Arsinoe; y así, iniciar la entrega total. En esa forma la tenía y poseía sexualmente a escondidas, por lo menos 2-3-5 horas; muy cerca y aún muy adentro de su cuerpo y entonces... ya no le haría falta nada más. Ya que en el fondo, ese acto (como una comunión) para él, era la confirmación del amor de su Arsinoe... adorada.

El hecho, de buscar juntos con afán, el lugar apropiado para esconderse y realizar tan ardiente y tan sorprendente rito de entrega, especialmente en los rincones de los jardines palaciegos (poco transitados, particularmente en los abrigados descansos) en el Palacio en el cual vivían (al principio sin sexo... por eso tan extraño.) Era a la vez, una práctica y un milagro, era la confirmación de un amor, en el secreto compartido. La complicidad, impuesta por la característica de ese amor clandestino, hacía del hecho, algo más intenso, al realizarlo y al consumarlo. Se diría, que por esa inocencia, al cumplirlo, era aún más delicioso el hecho de operarlo; por todo ese cuerpo sensual, escultural, firme, esplendoroso, fresco tierno y perfumado. ¡Era pues, esa, la gloria! De tener y de poseer todo el esplendoroso ser, pletórico de ese amor tan extraño; amado desde ya... con todos los amores y con todas las pasiones... habidas y por haber.

Capítulo IV

Los cambios.

El Generalísimo Febo, “Rey-Dios” de Faetón, el quinto “Planeta del Sistema Solar”; finalmente pidió en matrimonia a Narda; y ésta tuvo que irse a Faetón; dejando como “Reina Substituta”, a su hermana Arsinoe; quien gobernó a Marte; desde ese preciso momento. Saltando, en ese acto, a su hermano menor Ptolomeo, de doce años; lo cual, produjo una reacción muy violenta, entre los sacerdotes y generales del Reino. Rebelión en la que tuvo que intervenir la Reina Narda; venida, intempestivamente, de Faetón, para dar solución al caso; en compañía de su esposo, el Generalísimo Febo... Emperador de la Galaxia “La Vía Láctea”. Y sucedió, que muy en contra de sus principios; Narda encarceló a su hermano Tolomeo, y ejecutó a los principales cabecillas y revoltosos. Resultó, además, que recién resuelta la rebelión en Marte; y mientras se ejecutaban las primeras órdenes de la Reina Narda; inexplicablemente, el planeta Faetón, estalló en millones de pedazos; formándose lo que hoy llamamos “El Cinturón de Asteroides”. De tal conflagración no se salvó nadie. Luego, el General Febo, ya no fue tan poderoso; y solo estaba ahora apoyado por las fuerzas del segundo planeta del sistema, el Planeta Venus; de la zona vital del “Sistema Solar” y naturalmente, favorecido por su ahora, fiel y muy amante esposa, la Reina Narda I.

Sucedió además, que los marcianos, teniendo insuficiencia de mujeres en el planeta, tuvieron que traer de Venus, cientos de miles de sus principales y virtuosas bellezas, en la flor de su vida; para hacerlas esposas de sus mejores soldados. Acto, que naturalmente fue aprobado por el Emperador de la Galaxia, el Generalísimo Febo; en cuyo honor (y en honor de los fallecidos en la hecatombe de su patria) se inauguró una monumental Esfinge (Acostada Mirando a Faetón, el planeta desaparecido.) Sucedió que los militares, olvidándose de Dios, cansados de tanta virtud y de romper hímenes; dañaron a sus mujeres y se dedicaron solo al sexo (animal) promiscuo, llegando hasta a la sodomía. Pero, no obstante, para el colmo de males; Venus, en forma igualmente repentina; cambió su aspecto, al perder su atmósfera, volviéndose lo que es hoy; un planeta (infierno) sin ninguna posibilidad de vida (así castiga Dios, a los habitantes de los planetas que se olvidan de Él.) Igualmente, al intuir los sabios marcianos, que los grandes cambios, seguirían diezmando a todo el “Sistema Solar”; pronosticaron que Marte, también perdería su atmósfera, en muy poco tiempo.

Entonces, los descendientes del Generalísimo Febo, decidieron invadir a “La Tierra”; el tercer planeta del “Sistema Solar”. Haciéndolo, sin ninguna dilación; de esto, hace ya más de 10 mil años. Encontrando al planeta Tierra, igual y sorpresivamente invadido, por habitantes tanto de Venus como de Faetón. Los de Venus, en la parte correspondiente a Sur América; y los de Faetón, a Euro-Asia y China. Igualmente, que los marcianos llegaron a la zona de Egipto y luego, a la India; resultando de esto, una verdadera congestión de razas (fuera de las ya existentes, recientemente evolucionadas... en la Tierra) de todos los planetas térreos (situados en la llamada: “Zona de vida”) ; o, pétreos, del “Sistema Solar”. En lo que fue, un verdadero re-acomodamiento de habitantes, en un solo planeta; a la sazón, después de la última glaciación, y recién desarrollado para la vida humana.

La gran evacuación...

Según reza la leyenda: - En los momentos de “evacuación”, ésta se hará en tres fases; y cada una, tendrá algunas variaciones. Así, en el primer grupo: Se izarán (al espacio) todos aquellos seres que hayan logrado una altísima “vibración”. En el segundo grupo: Se izarán las personas que hayan resistido la gran carga de altas presiones. Ya que ellos resistirán, un nivel muy alto de frecuencias vibratorias; a las que se expondrán. En el tercer grupo: Se izarán todas las personas remanentes; que puedan resistir el gran embate vibratorio; a pesar, de no poseer las características, de los seres de los primeros grupos. Así, en cuestión de pocas horas; las naves encargadas de realizar la evacuación general; izarán a todos los seres sobre el planeta. Sin embargo, muchos (millones) no que podrán resistir las altas presiones radiales, a las cuales “el planeta” será expuesto. Estos, se desintegrarán; ya que su cuerpo físico (nuestro vehículo) no podrá con las altas presiones antes aludidas. Luego de ser izados; seremos transportados a otros mundos. -

- Estas naves, están construidas con un material electrostático y termostatito; aislante e anticorrosivo. No producen ruido; y están dotadas de dispositivos para hacer levitar a la tripulación. Una de sus características principales es que pueden pasar de una dimensión a otra y su movilidad a grandes velocidades: es desde círculos, hasta movimientos en todas direcciones. Pueden quedar suspendidas (estáticas) en el aire; al girar sobre su propio eje. Sus colores varían: basta con tocar un determinado circuito para obtener el color que se quiera. Las tres polaridades de que gozan estas naves: hacen girar el campo magnético circundante; encargado de situar el aparato en la dimensión requerida en determinado momento. Estas naves no viajan, se sitúan en una dimensión deseada. Así, cuando sus colores varían, de acuerdo a la ionización a que esté sometida, su frecuencia circundante. Cuando, empieza la aceleración de su campo magnético: la nave se torna roja, o sea, su campo magnético; y al ir aumentando gradualmente la aceleración pasa por las frecuencias verde; amarillo; blanco; azul; anaranjado; violeta y ultravioleta: en este instante se vuelve invisible. -

- Para viajar por el cosmos, (a exa velocidades en Klmtrs./Seg.) utilizan unos caminos; tubos de gases siderales; o, de antimateria; mal llamados también “agujeros negros”. Para orientarse: utilizan las líneas magnéticas del planeta visitado; pues tienen un sistema de localización de estos campos. En la Tierra, por Ejem: Existen 1.270 líneas magnéticas, por centímetro cuadrado; de esta manera, al estar dentro de la atmósfera terrestre; localizan las líneas magnéticas adecuadas, ubicando el sentido de su polaridad y utilizan el campo de fuerza, atracción y repulsión: según la dirección en que se desee viajar; o, situarse. Una nave de estas, funciona con un sistema de propulsión magnético, usando adecuadamente su polaridad negativa o, positiva. Mediante mecanismos específicos, cambian la polaridad, en el momento debido, ejerciendo el tipo de fuerza tal, que la nave puede suspenderse en el aire ingrávidamente. Para elevarse se agrega una mayor intensidad a la energía tal, que siendo rechazada por la energía gravitacional del planeta (visitado); repele fuera de él; logrando así su ascenso. -

Resumiendo: Estas naves (las nodrizas) que además, son muy grandes pueden viajar por todo el cosmos. Para su buen funcionamiento, se hallan divididas en varios sectores, los hay: de mantenimiento, descaso y recreación. Poseen, campos de fuerza que repelen todo material peligroso, que impacte sobre ella. Tienen compartimientos para todo... hasta para recuperación, en el caso esporádico de una enfermedad, accidental (epidemia); ya que, más que todo, utilizan la medicina preventiva. Tiene espacios para la producción: desde materiales para ser reemplazados (mantenimiento); hasta un tipo de alimentación avanzado, basado en alimentos procesados y altamente alimenticios. Departamento de mando y de recargue de energía. En fin son naves autosuficientes, que lo producen de todo... por tiempo indefinido.

Egipto

Los primeros imperios, surgieron en los grandes valles del África y del Asia. Egipto, que creía haber nacido del Nilo, fue probablemente el primero de todos. Se organizó y unificó aproximadamente entre el 3100 y 2900 a.J.C., (según otras fuentes: hace más de 10 mil años) y perduró como “Estado” semi-independiente, durante unos tres mil años, hasta que los romanos lo conquistaron en el 30 a.J.C. La notable y singular supervivencia de Egipto, durante tres milenios, se debe en parte a que, dado su aislamiento geográfico, el País, carecía de competidores. Estaba rodeado por tres de sus lados, por desiertos prácticamente impenetrables; así las invasiones, cuando se producían, solían llegar a través del “Istmo del Suez”; una estrecha franja de tierra que era muy fácil de defender, en caso dado. Pero otros “Imperios”, que también estaban aislados, no duraron mucho tiempo. Los Egipcios, tenían un secreto (ancestral) que nunca olvidaron en más de 30 siglos: Temían y odiaban los cambios; y los evitaban siempre que les era posible. La agricultura egipcia era muy eficiente y productiva, en buena parte por los sedimentos fértiles que el gran río Nilo, depositaba en las tierras aledañas, cada año. Luego, su conservadurismo; su tradicionalismo; su inmutabilidad hacia la inmortalidad, fue algo que hoy todavía en el fondo mantienen; sin duda heredado de sus antepasados extraterrestres; los dioses de su fundación, como raza-imperio. Solo vivieron para prepararse a morir; o, trascender al infinito.

India

Los 10 Siglos, que siguieron al 2500 a.J.C., vieron el auge y la caída de una antigua cultura de valle fluvial, localizada en el río Indo; que hoy fluye en el Oeste de Pakistán. En un área considerablemente mayor que el actual Pakistán; crecieron dos grandes ciudades-estado: Mohenjodaro y Harappa; cada una habitada por más de 50 mil personas y numerosos otros asentamientos menores. En su momento de mayor esplendor, alrededor del 2000 a.J.C., la civilización del valle del Indo, cubría una extensión mayor que la de Egipto, o la de Mesopotamia; lo que la convirtió, en el Imperio más grande que el mudo antiguo había visto hasta ese entonces.

China

Los asentamientos humanos, en lo que hoy es China, se remontan a hace más de 350 mil años; la primera dinastía, de la que sobrevienen materiales históricos, los Shang; que gobernaron buena parte de la China Continental (moderna); entre 1750 y 1111 a.J.C., en este último año, los Zhou, un pueblo que era súbdito de los Dhang; les derrotó e instauró una dinastía que predominó hasta 255 a.J.C., y que siguió a una época de convulsiones; que concluyó, con la primera verdadera unificación de la China, en 221 a.J.C. Quienes lo lograron, fueron los Qin, uno de cuatro o, cinco pueblos distintos, pero, emparentados muy estrechamente y que habitaban la zona. Su rey, tomó el nombre de Shi Huangdi. El nuevo emperador, se dispuso a asegurar lo que había ganado, construyendo una extensa red de carreteras y de murallas que protegieran la frontera; dando los principios y fundamentos de lo que hoy es La China Continental.

Mesopotamia

Los primeros en descubrir la escritura, fueron los “Sumerios”, de la baja Mesopotamia (actual sur de Iraq); durante el cuarto y el tercer milenio a,J.C., El Tigris y el Eufrates (bíblicos) los dos grandes ríos del Asia Occidental, se originan en las montañas del este de Turquía y fluyen hacia el sur-este a través del norte de Siria e Iraq. Ambos ríos, recorren más de dos tercios de su curso, antes de llegar a las estribaciones de la llanura de Mesopotamia. La fértil y cenagosa depresión que forman los deltas de ambos ríos; que en el extremo inferior de la llanura, se unen para formar el río Shat al-Arab; unos 150 Klmtrs., hasta el Golfo Pérsico. Mesopotamía, es pues, el hogar de la primera civilización humana; cerca del año 10 mil a.J.C. Hoy considerada, como la cuna bíblica de la humanidad.

Los Imperios: Azteca e Inca.

Consideradas hoy, como las civilizaciones más avanzadas y antiguas del mundo conocido; e inclusive, contemporáneas de las civilizaciones que al parecer, en forma simultánea, invadieron al planeta hace ya más de 10 mil años. Cuando los “conquistadores”, llegaron al Valle de México, y al alto valle de los Andes; en 1519-1532; se quedaron atónitos al observar los adelantos de tales civilizaciones (quienes, solamente, por no haber descubierto la pólvora) que sucumbieron al invasor europeo. Sus adelantos como civilización, fueron sorprendentes en todos los sentidos.

Marte, el planeta rojo. ¿Será el planeta, de nuestro origen?

Nota: - El arquetipo "sui géneris", hallado en el planeta Marte, y su conexión con el de "La Tierra", hace sugerir nuevas incógnitas por aclarar en el futuro próximo; lo cual solo será posible, cuando el hombre visite personalmente a ese planeta; ubicado a 672 millones de Klmtrs. , de la Tierra; o, se haga, por medio de sondas robóticas, escavanadoras y excavadoras; que permita estudiarlo; por lo pronto, con la “Cibernética Inteligente”, por medio de la virtualización de la imagen captada, y poder analizarla; así, los “robots” dirigidos por el hombre, mediante la "imagen virtual", harán la tarea, que este no pueda. -

Marte, se acerca (a la Tierra) cada 60 mil años (o, sea, a solo 5 millones de Klmtrs. , un millón menos de la distancia promedio.) Fecha (y/o, espacio de tiempo) muy importante en la “Mitología”; pues, dice, que sus habitantes (antes de desaparecer misteriosamente) nos visitaron, hace más o menos 60 mil años; y fundaron, lo que sería el antiguo “Imperio Egipcio”. Además, según la “mitología sumeria”: - Que proclama, la existencia de una antigua civilización marciana, que viajó al planeta “La Tierra Central”. - Sería la respuesta, al interrogante planteado por las huellas halladas sobre supuestas antiguas Súper-civilizaciones ocurridas en “La Tierra”; hace un millón de años; es expuesta allí, con lujo de detalles. Además, los hipotéticos, sobre repentinos hundimientos gigantescos de la corteza terrestre, debido a desplazamientos de las capas intercontinentales; de los cuales el “Mar Muerto”, es un reflejo de la consecuente destrucción de Súper-ciudades; como fueron Sodoma y Gomorra (curiosamente, ciudades, cercanas a los depósitos de petróleo más grandes del mundo.) Que ocasionan, otra curiosidad más, a la red de ellas, sobre la supremacía extraterrena de nuestro origen esotérico.

El mismo, repentino, desarrollo craneal humano; sugiere (como reza “La Biblia”, en el Génesis) una intervención sobrenatural. Igualmente, las pirámides de Egipto; la Esfinge y otras asombrosas construcciones pétreas, tanto terrestres, como submarinas, halladas y por hallar; nos presentan en su construcción, una ingeniería muy avanzada para la fecha, con la cual se explica su aparición. Así pues, el planeta rojo (Marte) nos deleita la imaginación; al sus violentos huracanes y tormentas de arena; destapar y volver a tapar, las huellas de una gran supercivilización marciana del pasado. Marte, es así, como, nuestro planeta “La Tierra” central; y nuestra memoria genética nos revelan, súper-capacidades y súper-estructuras; sentidas, soñadas y construidas, en el remoto pasado y de pronto, no tan lejano, en el Espacio-tiempo. (Ver “Cosmos” de Carl Sagan.)

De igual forma, el planeta Marte, presenta, entre sus características más curiosas; la muy escasa o ninguna tenencia de campo magnético; además, presenta similitudes e identidades, muy parecidas a las de La Tierra (ya lo veremos.) Igualmente, averiguaremos, la posible existencia de agua (interna.) Y, la explicación, a la captura, de dos satélites (¿artificiales y huecos?) Fobos y Deimos; del que, la circunvolución marciana, conforma círculos casi perfectos; lo que constituye un misterio, que la humanidad, averiguará a mediados del presente siglo XXI; o antes. - Por ahora, “robots” móviles equipados con radares, con una potencia de desplazamiento, de tres a diez mil Mtrs. Y la misma, capacidad de detectación a profundidad, por radar. Y la cantidad de agua del subsuelo marciano. - Lo que se averiguó, fue positivo, al posarse un robot sobre la planeta rojo, a principios del presente Siglo (Diciembre del 2003.)

Halladas las respuestas, aparecen más incógnitas:

Nota: - Si fue una "inteligencia" extraterrena, la autora de tales obras maravillosas halladas en Marte ¿Qué pasó con esa raza capaz de producirlas? Surgirá entonces la idea del pensamiento antiguo; al postular que - la "inteligencia" es una sola y eterna en todo el Universo; - así como también, lo es la "especie humana"; en continua transformación, que además, según parece, en el pasado incluso fue capaz de viajar por el espacio exterior; muestra de ello, se encuentra por ahora, en La Tierra, La Luna y en Marte, y posiblemente, por "todas" partes. Próximamente lo vamos a descubrir y a comprobar; ya que, acaso, finalmente; seamos, - un suspiro de Dios, en el tiempo geológico y en la inmensidad del Universo, en el “Espacio-tiempo”. -

Teóricamente, el producto o, el arquetipo hallado en el planeta marciano, tiene otra connotación, y es, la de ser la consecuencia de una "inteligencia" capaz de trasportarse Ínter-estelarmente. Lo cual, hace suponer que tal y como ocurre en “La Tierra”, con las semillas de las plantas; que vientos atmosféricos, las llevan por todo el planeta. Así mismo, en aquel tiempo, pasaría en el espacio, con los "vientos cósmicos”; que estos, a su vez, lo repitieron con la "inteligencia". - Porque evidentemente, no se trata de que seamos (por nuestro tamaño físico), una pesadilla "parasitaria" de un Universo gigantesco; y que solo seamos, una parte mínima de una máxima extensión. - Así pues, nuestra semilla (la de la vida y luego, la de la vida inteligente) viajaría, dentro de Asteroides mensajeros y portadores de mundos mejores. - Luego, nuestro "ente", relaciona (trasciende y une) al pasado, con el presente y con el futuro. Es la relación vida y muerte, la que nos da la misma conciencia del Universo; un hacer y un rehacer; un nacer y un renacer; un movimiento y un reposo. – (*Mat.13: 3-53.)

Sin embargo, hay indicios, de que seres inteligentes de otros mundos, viajan a "Mega-velocidades fotónicas" y/o, "Giga-velocidades fotónicas" que oscilan entre el millón y los 1.000 mil millones de Klmtrs./Seg. ; esto último, se logra cuando lo hacen por entre unos "tubos", llamados, "Agujeros Negros Expansivos"; con las cuales (las súper-velocidades) el tiempo, prácticamente desaparece. - Se para (*por su estrecha relación con la luz, y por su velocidad con relación a la distancia a vencer.) Así el tiempo, se comporta como congelado y/o, muy lento en la inmensidad de los "macrocosmos"; pero, se acelera en los "microcosmos"; posibilitando así, además, el paso "Ínter-dimensional". - (*Ver, teoría de Einstein.)

Que el - * "Universo, a su vez, tenga voluntad propia." - Sería una posibilidad, que se manifiesta a los astrónomos; en sus continuas observaciones, comparadas, del "Cosmos"; en el cual, el hecho de ser finito, impulsa, la infinitud de su Creador. - Como pasa, en el “cerebro" humano, que se guía por impulsos eléctricos (generados, electro-químicamente.) Igual sucedería en el Universo, ya que "vientos cósmicos" lo irrigan continuamente; procurando así, y de pronto; una parte del razonamiento mismo de "Dios". - Como afirmaba Stephen William Hawking (1942) matemático y físico británico, en su memorable - "Historia del Tiempo". -

Por que, una cosa, es una raza "Natural-local"; y otra, una raza, emanada de un "Ser" trascendental, capaz de trasladarse y establecerse; de y en, un planeta, a otro y/o, de un sitio, a otro. (*En un abrir y cerrar de ojos.) Otra cosa, es un "Ente”, que sea capaz de hacerlo por sus propios medios. Entonces, se podrá, "repensar", que una forma, es la naturaleza "humana" y otra, la naturaleza "divina"; que logra "uní dimensionarse" y alcanzar tales proezas y/o, actos. Luego, lo uno, sería el complemento de lo otro; que "trasciende", por el Espacio-tiempo y además, que viaja por el Universo, tanto dimensional, como Ínter-dimensional. (Juan 5:17.) ; (Mat.7: 7)

Capítulo V

Ubicados en nuestra “era”: Narda II (Reina – desde niña - solitaria de Egipto); había estado luchando para que su país no fuese relegado a la condición de colonia; y para que pudiese situarse en el primer plano dentro del mundo que forjaban los romanos (en esa época un imperio mundial.) Había empleado todo su poder de embajadora extraordinaria de Alejandría en Roma; para hacer resaltar a los ojos de la sociedad patricia, la preeminencia de Egipto en el Oriente. Había planeado negocios y firmado contratos, gracias a los cuales, se desarrollaba una fructífera ósmosis económica, entre ambos imperios. Pero la reina Narda II, era dura de roer y envolvente (tal, como su legendaria y antecesora... la Reina Narda I); recién coronada, a sus 18 años, les resaltó a sus ministros, su cumplimiento estricto del deber; haciéndoles la misma pregunta, la cual fue tomada con desgano y molestia por ellos. Pero impositivamente, la Reina (empastada en oro) señalando con el dedo a cada uno de ellos; les fue haciendo la misma pregunta; la cual fue contestada en forma positiva por ellos; y con el debido respeto a su rango. A lo cual, la reina les manifestó, que aunque eran protegidos de la “Roma Imperial”; las cosas allí (a su juicio) estaban a punto de cambiar (y lo hacía, a sabiendas, de que ya había cautivado, al principal general del “Imperio Romano”... Marcos. Que, aunque pasado en años; era aún muy buen amante.

Recordaba... la Reina con nostalgia... que cuando tenía solo 12 años de edad; en cuanto salía del baño; su esclava le echaba un chal de lana gruesa, sobre los hombros y daba unas palmadas para llamar al masajista y a la manicurista. Todavía sonrosada, y el cuerpo untado con aceite de Galaad, el rostro maquillado y el cabello suelto sobre sus hombros; la reina, se levantaba para despedir a sus criadas. Luego hacia entrar a su “pintor-escultor” favorito, Arquelaos; con quien además ya tenía sus cosas. La reina, desnuda, era una mujer tremendamente especial (una diosa completamente desarrollada.) Después de contemplarla largamente. Arquelaos entonces suave y tiernamente, la acomoda para tomar las medidas para su escultura; pero, ella toma sus manos; y se las demora, en su ya muy desarrollado busto; que al contacto... este se brota y expande como un manjar de los dioses; Ar, la acaricia y la besa cada vez más... y más cerca de la boca que entreabierta denotaba su aceptación... inmediatamente y por fin Ar... la medio endereza y la besa en la boca. La besa ardientemente... y entrelazan sus lenguas y Ar, entonces bebe con sed... todo el líquido bucal que puede de su amor real. Acelerando su respiración y el ritmo de su corazón. - Que más se logra pedir a la vida, pensaba Ar, mientras la acariciaba... y la besaba toda...

Luego, cuando la súper-niña-mujer deja advertir cierta cadencia... Ar, bajó su boca... ya ardiente de pasión, a su cuello, brazo y piernas semidesnudos que provocativamente trasmitían a la vez un olor celestial... como a azucena. Ella, al contacto de tan apasionados besos; entreabre, entonces, sus esplendorosos ojos verdes, que Ar, aprovecha para también besarlos tiernamente. Narda II, al sentirlo... tan apasionado; se acomoda mejor pidiéndole que se desvista... para ella también besarlo todo... (acto, que le da a Ar, más seguridad en lo que luego pretende hacer.) Para que Ar, pueda iniciar el acto sexual, estampándole varios... muchos más besos encendidos y apasionados; besos, al principio, unos casi en la boca; o, ya en la mitad de ella, mordiéndole suavemente el labio inferior de Narda, y otros directamente en los labios, para nuevamente succionarlos fuertemente. Otros, muchos besos alternadamente y muy suaves, en las mejillas; en la cara, en sus largos cabellos negros-café (mordiéndola con suavidad); en los hombros y en la espalda. Luego... Ar, sigue bajando con la boca encendida de pasión, muy despacio, hasta esas esplendorosas piernas, muslos y nalgas. Donde se demora un rato, haciéndole tacto con las yemas de los dedos (energizándola sexualmente) sigue aplicándole masajes y caricias y luego, sube a su boca y entrelaza su lengua con la de su amada reina; entrando y sacando con ritmo su lengua, en la boca de Narda... mientras le acariciaba los senos, por otro largo rato... para luego, volver a llegar (mientras la besaba) con el tacto y con la fuerza magnética de sus dedos; a ahora, a esos esplendorosos y largos muslos blancos y tersos; hasta muy cerca de su sexo.

Caricias que Narda, interrumpe suave y coquetamente, al voltearse nuevamente, afirmando con la cabeza; cuando Ar, entonces (disimulando.) - Le comunica que ese día, iría a estar todo el día, trabajando, en los esbozos de su pintura y escultura. - Y cuando ve que Narda, apenas si le contesta con un entre cortado, tembloroso y leve: Bueno... Ar, renueva entonces, sus intensos y apasionados besos, y con ellos le recorre palmo a palmo, con suavidad y lentitud... toda la geografía esplendorosa, de su cuerpo de niña hecha ya una súper-mujer... toda una hembra... y que hembra. Nuevamente baja su cara y la besa y la acaricia, muy despacio, lamiendo ese manjar que constituye el medio de esas torneadas piernas, en sus rodillas, pantorrillas y en sus pies. La recorre... nuevamente lentamente... lamiéndola de arriba hacia abajo y reiteradamente de abajo hacia arriba. Para culminar muy cerca de esa boca jugosa nacarada y tierna, lamiéndole luego ese rostro de ángel. Posteriormente, pasa a besar sus senos voluptuosos... ya de verdadera mujer.

Detectando... la tácita aceptación de Narda... Ar, le saca la salida de baño, con mucho cuidado (con la habilidad de un mago) dejándola completamente desnuda. Luego, ya, sin resistencia alguna... y con la total aceptación y entrega emocionada de la amada... Ar, continúa bajando... lentamente, y ésta vez va con su rostro, directamente hacia el sexo de su amada. La perspectiva desde ese ángulo... era de locura... sus senos como dos verdaderos volcanes, situados en la profundidad... sobre el valle de Venus... el de su ya, vibrante pubis, contrastando con la delgadez de su cintura y de su estómago hundido y todo ese cuerpo de sirena, entre-cubierto; o, enrollado por una esplendorosa y larga cabellera, conformando un tembloroso, caliente y voluptuoso organismo; con las piernas y los muslos arqueados, entre abiertos y receptivos despidiendo el oloroso elixir del gran incendio de la pasión experimentada.

Entonces, Ar... se entrega a la comunión sexual y se pega un momento a sus labios (mayores) y luego separándole bien los muslos (le abre los pliegues vaginales – labios menores - y justo en ese instante Ar, se da cuenta y comprueba, lo que ya, había sospechado... descubre que ... que Narda es aún... ¡virgen!) Ar, toma aire y succiona fuertemente su vagina... (como una sanguijuela que ya no la desprende nada) Ar, la chupa fuerte y levemente en forma alternada, circular y rítmica; le vibra el clítoris, con los labios y los dientes, por espacio de 20 minutos, mientras que con las manos le acaricia todo su cuerpo; especialmente sus senos y pezones; a los que le aplica suaves y medio duros masajes, mientras succiona con su boca... con fuerza y energía la vagina y luego, con los labios y con la lengua, le lame en círculos, en la vagina y en el clítoris, alternadamente... luego, vuelve resueltamente... a su clítoris, al cual se pega para chupar y lamerlo; hasta que Narda... tremendamente excitada, agarra por la nuca a Ar; con sus dedos entrelazados, frota su pubis fuertemente, con insistencia... con la cara de Ar; jadeante, sudorosa... gimiendo... llorando... al tiempo que arqueando todo su espectacular cuerpo y al rato... explota... en una serie de orgasmos que hicieron estremecer y convulsionar todo su súper-cuerpo de niña-mujer... con nuevos y muy fuertes gemidos e intensos jadeos y vibraciones... de su pelvis virginal; para luego... quedar completamente quieta... como desgonzada (después de la tempestad, viene la calma.)

Nuevamente, después de un rato de dejarla descansar sexualmente Ar, vuelve a solo sorber por otros 20 minutos el clítoris de su amada reina. Hasta que su “real novia secreta” con estertores anunciadores de más orgasmos (o de una serie en cadena de ellos) seguidos de otros más, con torrentes de pasión y convulsión; que Narda, al culminar... todavía temblorosa... esta vez; retira de su sexo el rostro de Arquelaos. Emocionada y aún jadeante del sopor que sigue a tal acción; Narda, se endereza al salir definitivamente de aquel trance y sudorosa... temblorosa... y aún llorosa; besa suavemente y tiernamente en la boca a su Ar, en una actitud agradecida, por la dicha sexual experimentada y por el homenaje recibido. Ar, repite una y otra vez ese beso y lo contesta con otros... muchos más, a la vez que largos y esta vez, muy succionadores, besos. Nuevamente, entrelazan sus lenguas, para durar así pegados un largo... muy largo rato. Luego... Ar, ya no aguanta más, le retira a Narda, la almohada y se la coloca debajo de las nalgas. Luego, se saca su ropa y con todo... el miembro erecto; se lo pasa rítmicamente y en círculos, por ese súper-cuerpo de mujer; por entre sus voluptuosos senos, haciéndose presión en el pene con ellos; y luego, especial y finalmente, se lo coloca en la vulva a su amada (como tocando violín con su miembro.) Mientras Narda le enterraba las uñas, con suma suavidad por todas las partes del cuerpo de Ar, que alcanzaba. A la vez que le mordía los hombros y el pectoral y cada músculo desarrollado de su amado. Hasta hacerla, nuevamente, llena de locura sexual, acezante y llorosa, pedir a Ar, que la penetrara señalándole directamente su vagina; pero él, entonces, se controla y solo le aplica por encima... en el monte de Venus real, nueva y constantemente, movimientos rítmicos y circulantes, de violín, sobre la entrada del sexo de la reina. Hasta que Ar, se viene por fuera y entonces Narda... temblorosa de pasión, se incorpora y se lo reclama, para tomar de la raíz el vigoroso, largo y grueso pene de su amado pintor-escultor, y mamar también; y con una dulzura indescriptible, se lo introduce todo... en la boca y bebe hasta la última gota del semen de su amor secreto. Ar, se incorpora para vestirse y salir de la la habitación real de su reina; satisfecho, pleno, y embriagado del elixir de la boca de Narda y del aroma de la química del líquido de su sexo vaginal... y del tacto sexual, ejercido sobre todo el cuerpo virginal de su amada reina.

Entonces... Arquelaos y Narda nuevamente entrelazan sus cuerpos y sus lenguas para descansar sexualmente por un rato. Posteriormente Ar, le coloca a Narda su boca contra su miembro erecto y Ar, coloca a su vez su boca, en el sexo de su amada, en una posición invertida, llamada la “69”; y así, los dos chupan simultáneamente del elixir del amor, hasta que también, simultáneamente, se derrama el uno entre la boca de ella y la otra, después de tragarse todo el pene... el semen del miembro de su amado artista; mientras se viene, en una serie no interrumpida de convulsivos orgasmos. Sin embargo, todavía más... después de descansar sexualmente por otro rato, al pedido insistente de Narda... Arquelaos... repite tal operación; esta vez, volteando a Narda, le hace el amor anal, una enloquecedora vez más, derramándose esta vez, bien adentro de su cuerpo real y virginal. En el fondo, lo que Narda, quería... era que Ar, fuera desde ya, el único dueño de su virginidad. Ar, entre tanto, pensaba que esa dicha debía ser eterna; y que la reina debía por lo tanto (de ser posible) casarse pronto. Mientras que él disimulada y lúdicamente, la cubría y la descubría con la suavidad del relojero para llegar nuevamente al sitio, que ya solo los dos entendían y sabían; por dos enloquecedoras veces más. Pues, ahora, únicamente se trataba, no solo, de caricias superficiales, sino que ya... se devoraban mutuamente, con caricias íntimas, profundas y sexuales, por medio de las cuales, fueron conociendo mutuamente y poco a poco... a plenitud, tanto el olor como el sabor de sus cuerpos. En otras palabras se fueron “cogiendo cada vez más, hasta quedar como embrujados.

Capítulo VI

Un idilio a lo romano.

El Generalísimo Romano: “Marcos el Grande”; llegaba por el norte y la Reina Egipcia... Narda II, lo hace por el sur; Acceden así a la capital del mundo... Roma. Después de un grandioso desfile por las principales avenidas citadinas (La Vía Apia.) Los dos personajes, se disponen a ubicarse en el gran “Palacio Imperial”; el uno en calidad de Emperador; y la otra, como su “Reina Consorte” e invitada de honor; venida de Egipto el principal reino tributario del Oriente. Se desarrollaba así, el comienzo de lo planeado, para el gran evento, que constituía el matrimonio de los dos reyes del mundo; y que lo uniría por siempre; durante unos actos festivos, que perduraron unas semanas entera; de agasajos, banquetes, bailes y verbenas; con fuegos artificiales y grandes desfiles, tanto de tropas, como de conjuntos tribales.

Pero, al cabo de una semana de acalorados festejos; en los cuales - el novio solo puede poseer a la novia, después de que éstos se acaben. – Sorpresivamente, el Generalísimo Marcos, contrariando todas las costumbres reales; fue visitado por su adorada Narda II; quien ya como su esposa, volvió a mostrar interés en Marcos. - La reina, mantenía cierta fascinación; al permitirse, prohibir al hombre más poderoso del mundo (ya entrado en – 54 - años... y ella con solo 18) que no la poseyera hasta tanto todo... fuese como las “Leyes” lo indicaban. – Narda, esa noche... estaba preciosa, mostrando una novedad más: se había cortado su maravilloso pelo, y lo llevaba corto, esta vez entonces... sí, muy parecida a un ángel del cielo y desde ese momento... ubicados en el gran espacio real, de la alcoba de Marcos (recordando viejos retozos sexuales a escondidas, sostenidas por ellos en Egipto); resurgieron las caricias, desde luego que más ardientes y más intensas que antes; pues la entrega sexual contenida por ellos debido a una vieja dispensa real; se reinició con profundas e íntimas caricias, (como nunca) como si fuera la primera vez (ya que ellos ya habían tenido sus cosas; desde que la reina tuvo edad sexual, a los doce años); situación que quizás, era el secreto del gran amor que se profesaban. Marcos, después de besarla apasionadamente, le sacó la muy elegante y gran capa roja real y levantó (con los dientes, mientras con las manos le acariciaba las duras puntas sus senos) esa falda de flejes dorados que tanto le despertaba a la pasión; y la besó repetidamente, en las bien torneadas rodillas; al tiempo que le acariciaba los muslos y luego... bajó palmo a palmo por ese maravilloso altar, con cuerpo de guitarra; para colocar su cara justo en medio de ese soberbio par de piernas de su núbil esposa. Subiendo y lamiendo muy despacio sus voluptuosos, perfumados y largos muslos; colocó su boca, justo frente a su sexo, solo faltaban unos pocos milímetros (distancia, suficiente para respirarle con resoplidos de pasión.) Trayecto que se respetaba; pues, la tradición lo imponía así, ya que no obstante, ser su esposa; no la podía poseer, hasta su primera noche (prima note); o sea, después de los festejos; y sobre todo, ante la presencia de los principales Sacerdotes del Imperio; quienes debían constatar: Primero, la virginidad de la Reina; y segundo: El acto sexual, por medio del cual, se engendraría el sucesor al trono.

Acariciándole alternadamente los senos por entre la blusa del vaporoso vestido, por encima y por debajo, hasta desapuntarla... disimuladamente por completo. Marcos, subió nuevamente el rostro y le estampó su aliento acalorado, abrasador y quemante, en las puntas de esos exuberantes y voluptuosos senos coronados por unos preciosos, arrebolados y muy duros pezones de niña hermosa hecha toda... una súper-mujer. Sin embargo, como Narda... extrañamente y a pesar de las estimulantes caricias aplicadas en su cuerpo; ese noche... se negó a dejarse desvestir completamente. Pero, no obstante Marcos, no desaprovechó la ocasión de tenerla a solas y en su apartamento real. Entonces, la recorrió toda... por encima del vestido; desde arriba hasta abajo, llenándola de abrasadores besos y de caricias suaves e insinuantes. La envolvió con ellas y la llenó del aliento caliente de la pasión encendida que le despertaba ahora... ella... y solo ella; por todas las partes de su cuerpo; sobretodo, ahora, después de un largo rato, movido por la repentina actitud receptiva de su Narda... adorada. Que con sus manos ya... ayudaba a Marcos, a apretar sus senos erectos; entonces... procedió a desnudarla muy hábilmente, y poco a poco imperceptiblemente (esta era la principal magia que el Rey Marcos, dominada.) Luego, de una larga sesión de muy demorados, estimulantes y apasionados besos en la boca, nacarada sensual y tierna de su “novia real”; metiendo y sacando con ritmo su lengua, en la boca de su amada; mientras, la acariciaba con suaves masajes en las piernas y en los voluptuosos senos de su amada... entonces ya totalmente desnudos; hasta embriagarse con la miel de su boca y con el aroma de su cuerpo escultural y bello. (Pues, aunque tenía esclavas para el sexo; ahora, solo se dedicaba al amor de su vida; además, que Marcos, estaba obligado a mantener abstinencia sexual total, por cuanto, próximamente, iría a engendrar, al heredero al “Trono del Mundo”; en una ceremonia que no producía el placer de ahora; pues, estaban vigilados – por lo sacerdotes - por todos los ángulos, habidos y por haber; palpando, tocando y hasta oliendo; tomando notas pormenorizadas, en todos los sucesos sexuales experimentados de y por, los soberanos.)

Repentinamente (calculando que ya estaba debidamente excitada) con algún disimulado y un leve forcejeo, Marcos bajó directamente hasta el sexo de su amada; y se lo succionó, esta vez con mucha fuerza por un largo rato. Tanto, que ella emocionada y jadeante; repentinamente, le abrió todo el portal del sagrario, de par en par. Situación que Marcos, aprovechó y se lo succionó con fuerza una y otra vez... muchas veces... hasta notar varios orgasmos... que Narda, desgonzada y jadeante... arqueando su cintura y levantando sus muslos, teniendo además, las piernas arriba, ayudada con sus manos; en actitud de completa entrega, se abrió totalmente sus pliegues sexuales y le rogó que la penetrara. A lo cual, accedió complacido y lo hizo tres veces seguidas; (sobretodo las dos primeras) esta vez, procediendo por detrás, con una novedad... al eyacular su pene... bien adentro... muy adentro del súper-caliente ano de Narda, ahora... ya muy receptivo.

Narda, al sentir golpear el calor del gran chorro contenido del semen de su “novio”; entonces, enloquecida y llorosa de pasión, se le montó a Marcos, y sobre él, le hizo la faena que tanto le gustaba: con arqueos y remolinos de cintura... largos y rítmicos que le hacían sentir una succión anal muy fuerte, tan fuerte que después de un rato de tal faena; cambia de posición y ahora, él encima de ella... después de un delicioso y prolongado himeneo... nuevamente se le eyacula, muy... muy adentro del ano de su amada; produciéndole a Narda... un doble placer simultáneo: el del golpeteo del semen caliente y el del roce de la cabeza del pene de Marcos, en el ano ya... vibrante y sensibilizado al máximo... Con las consecuentes contracciones del monumental súper-cuerpo de Narda; quien apretaba y casi rasguñaba y mordía... los brazos de Marcos... desesperada y loca de pasión... rasguñaba también los antebrazos y las manos aceradas de su esposo. Mientras, Marcos... con sus manos entrelazadas sobre la frente de Narda, se le salían algunas palabras de la gratificación sexual inmensa, sentida (desde la nuca hasta el fondo de sus testículos) experimentando... fuertes tirones y chupones en la cabeza de su miembro (como si fuese ordeñado por el ano estrecho, palpitante y anhelante de su amada) en ese instante, al máximo, debido principalmente a los arqueos convulsivos de la cintura de avispa... de su Narda adorada:

Marcos: - Hay... mi amor que delicia, me muero... me muero. Por favor, quiero que esto no termine nunca, hazlo así... eso... eso... te lo ruego... que rico.. Hay... hay... así... así... eso. eso... eso... -

Narda: - Huy... huy... Dámelo... déjame que quiero chupar, antes de que se te acabe ese el líquido que botas... hum... hum... que rico.. que rico... que rico... que rico... -

Capítulo VII

La miel y las abejas.

Nota:

Tomado, en paráfrasis, de “Los Santos Paganos” de Juán G. Atienza. Ed. Robinbook. 1993. Pág. 187-89

Nota:

El agua-miel, se toma desde épocas pretéritas; como refrigerio; o, como tonificante; era como el “biagra” moderno; sobre todo la “Jalea Real”.

La hipótesis – Gaia - : Rápidamente convertida en llamada de atención, digna de tener en cuenta, por parte de la ciencia; pues, supone en muchos niveles, una de las más serias aportaciones, en lo que atañe a una posible evolución de la conciencia colectiva (hoy más que nunca desarrollada, por la “Red Internet”) durante los próximos años. - La sospecha, y hasta el posible reconocimiento del planeta Tierra: Como una “entidad” inteligente; de un universo también inteligente. Completa, una vez más, un cielo renovado; y nuestra relación con el entorno de que formamos parte; viene a confirmar muchas sospechas, hoy mal estudiadas y mucho peor: Mal digeridas; a la hora de su aceptación, referidas a nuestra íntima relación con el resto de la creación; incluso, en los niveles personales. No obstante, sería, una relación que nos permitiría asumir la evidencia, de que todo cuanto somos, todo cuanto hacemos y todo cuanto pensamos y hasta sentimos, se relaciona, al mismo nivel; tanto con aquello que se nos manifiesta, como lo infinitamente pequeño; como también con lo infinitamente grande. -

En pocas palabras, lo que parece escapársenos siempre, por exceso; o, por defecto; lo que despreciamos por inapreciable; o, lo que no osamos juzgar por inconmensurable. - Ésta, interrelación de todo lo existente, a partir de una unidad cósmica, a la que llamamos “Tierra”; comporta, en primer lugar, la escencia vital, que ligaría entre sí, a todos los seres vivos, de los que la humanidad, consciente; o, inconscientemente, habría tomado ejemplo, a la hora, de diseñar sus esquemas de comportamiento. Quiere esto decir, que en los inicios de la conciencia humana, nuestros más remotos antepasados, vivieron acordes con su entorno, y cuanto lo componía; haciendo propios los fenómenos y las actividades aparentemente dispares, con el contexto humano. Pero, esencialmente representativos, de aspectos muy concretos, de aquella manifestación, que todos sentían unitariamente, como vida; que afectaba a todos por igual; y que además, formaba parte del conjunto de fenómenos existenciales, emanados del planeta y representados en su sacralizada historia. -

La estructura apícola. - Desde épocas muy antiguas, las representaciones, se remontan a los abrigos prehistóricos, del levante español. El mundo de las abejas, ha atraído a la especie humana. No caben muchas dudas; de que, en los inicios de éste interés, pudo basarse en la necesidad de aprovechar un alimento tan precioso, como es la miel; que primero se tomaría directamente de las colmenas silvestres y posteriormente, como indican los “mitos” antiguos, se cultivaba racionalmente, para aprovechar mejor su producción y evitar su búsqueda problemática. En cierto sentido, tendríamos que pensar en la apicultura, como una actividad ya propia de la misma humanidad primitiva; e intermedia, entre la agricultura y la ganadería; por cuanto los enjambres, serían “sembrados”; de manera parecida a los vegetales; mientras el comportamiento de sus colonias, se acerca al de los rebaños, que proporcionan: Leche, carne, vestidos, calzado y abrigo. Pero, ignoramos, hasta donde llegaba entonces, el conocimiento de la vida en la colmena; pero, si aceptamos que las investigaciones actuales, se han basado fundamentalmente, en la observación directa sobre ellas, incluso a la hora de sentar las última conclusiones sobre la vida y la organización social de ésos insectos; no podemos descartar siquiera, que muchos de los hechos recientemente descubiertos; no fueron ya conocidos por los pueblos de la antigüedad y mitificados por lo que entrañaban de posible pauta de comportamiento; o, incluso de asombro, con tintes de carácter sobre-natural. -

No es de extrañar, que ante determinadas circunstancias, la sociedad apícola, pudo ser tomada como ejemplo, de una organización, que el ser humano, en cierto modo habría querido seguir; sobre todo, pensando en que en su conjunto, representaba un modelo que contenía valores que podrían ponerse en paralelo; con lo que los humanos en su fase de formación social, intentaban alcanzar. Si la observamos, desde perspectivas puramente formales y hasta, si queremos, racionalizar; la colmena, es más que un conjunto homogéneo de individuos; es una entidad individual, en sí misma, de la que sus miembros son apenas componentes de un todo: Células o, moléculas que no podrían sobrevivir, sin el concurso de todas las demás y de la voluntad superior, que rige todo el conjunto. Así, una sola abeja, aunque tenga capacidad de acción, no significa absolutamente nada, fuera del contexto del enjambre. Y en ese enjambre, con todas sus funciones existenciales, repartidas perfectamente entre todos sus miembros; sería incapaz de ser (ni siquiera sería, en sentido estricto) si se la privase del concurso de uno solo de sus grupos de abejas, sean estos zánganos, obreras, almacenistas de miel y nodrizas; guardianas, fabricantes de cera; o, simples hacedoras de la colmena. A su vez, el enjambre organiza, sin el concurso consultivo de sus miembros, la función de todos y c/u, de éstos; de tal modo que ninguno de ellos, plantea su existencia, más allá de la misión de carácter colectivo, que tiene encomendada; y todos aceptan su papel, como lo único, que cabría esperar de la vida; como el destino, inapelable de cada cual.

Prescindiendo, de que llevemos a cabo una lógica interpretación , esencialmente antropomórfica, juzgando y explicando a las abejas, como juzgaríamos; o, interpretaríamos una situación paralela, que pudiera darse en la sociedad humana; tampoco cabe duda de que lo que allí sucede, sirve cuando menos, para sentir los principios oolíticos (formas de huevos de pescado) que rigen aquel mundo y presumiblemente el nuestro; por más variantes que pueda acusar. En principio, lo aceptamos, y hasta hay quien lo pone como modelo a seguir, por la humanidad; que el enjambre, la inteligencia, la voluntad y hasta la función vital es una e indivisible, para todos los miembros que se limitan a obedecer ciegamente a la inteligencia que les rige; porque no han sido concebidos más que para eso.

- Solo, aceptan (y tampoco pueden, ni saben hacer otra cosa, que aceptar); la presencia superior (entre todos los individuos del enjambre); de una madre, que es (para todos) la abeja “reina”; y que el colectivo entero, ha contribuido a crear, desde el mismo huevo que la engendró; recibiendo, sin que nadie pueda saber porqué... (nadie, de nosotros los humanos); un trato especial, que será precisamente, el que le convierta en tal, ser superior; en detrimento, de todos los demás miembros del colectivo. La abeja “reina”, será pues, la madre de todo el enjambre nuevo; que se creó, mientras ella misma, era a su vez creada; y su destino, sería el de crear su propia sucesión; y cuidar, la supervivencia del conjunto que tiene a su cargo. – Digno ejemplo a seguir, en la comprensión, de la sabiduría de la naturaleza. Ella, cada día, libra una lucha por la supervivencia; mientras nosotros, hacemos lo contrario. -

El Regreso.

Sin mas preámbulos y con la más absoluta franqueza, me propongo, en ésta parte del capítulo; tratar el punto, con la dureza (como en todos mis escritos) que ello implica. Dejando de lado (como todo político...) el concepto de que: sí se puede; para luego, cambiarlo, por el de: ¿si se puede?. O sea, transformando lo impositivo, por lo cualitativo e interrogativo y aún, menos draconiano. Si bien es cierto, que a la inteligencia la está remplazando la “Cibernética Inteligente”; hasta llegar a que, en algunos aspectos de la vida, el hombre se desligará de las bases conceptuales; pues éstas ya serán automatizadas; para terminar, con el olvido, de los principios, tanto filosóficos, como matemáticos y aún éticos. Por ejemplo: Ir (y venir) a un planeta en forma totalmente automática; transportarse automáticamente a grandes distancias sobre el planeta etc. Hoy es cosa rutinaria y automática, igual, que para manejar grandes sumas, los guarismos fueron reemplazados, por la nano y la macro planeación.

Luego, hemos dejado todo... a la “Cibernética Inteligente” (haciendo a su inventor, el ser más rico del mundo); para dedicarnos a lo banal y a lo simplemente sentido o, sensible a nuestros gustos; solo, que la necesidad, debido a las grandes catástrofes, nos hace repensar y replantear la historia. Sin embargo, debido, seguramente, a nuestra naturaleza humana, dejaremos finalmente, que ya vencidos por nuestras flaquezas; sean la máquinas, las que imperen y nos reemplacen como únicos habitantes del sistema. Sin dejar de excluir que ésta (la cibernética) heredará nuestras fallas; y con el paso del tiempo, también se destruirá. Entonces, solo quedarán nuestros principio de Luz ; o sea, el retorno a lo que fuimos, o a lo que la inteligencia pura, ha sido y será; como fruto cíclico de la energía activista y precursora, en su eterna lucha materia-antimateria.

La resurrección de los muertos.

Nota:

- “La muerte, entró al mundo por un hombre y también por un hombre, entró la resurrección de los muertos”. - (Ia. Cor. Cap. 15.)

La percepción total del escrito bíblico, es impactante por su claridad. San Pablo, en la Primera Epístola a los Corintios; explica magistralmente, el cómo y el porqué, de nuestra salvación, basada en la resurrección. Revelando, el misterio, en una forma que lo deja resuelto, aún para los no creyentes. Tanto así, que no queda otro camino (filosófico) que el de creer. No deja vericueto por donde escapar, para cumplirse aquello de que - El creyente, no filosofa, solo cree. Fuera, del hecho de creer en Jesucristo o, no; el suceso histórico de su presencia real, es innegable. - Hubo un ser crucificado por los romanos y desde luego, por nuestros pecados. Tanto, que negarlo, es como negar la misma existencia de Dios. - Necio pues, es negar un acontecimiento tan claro en la historia; aún alegando, infantilmente, que la historia romana no alude a tal hecho. Si esto fuera así: ¿Cómo, se explicaría, la misma cristianización del Imperio Romano? Un hecho histórico, desde el Emperador Justiniano.

Pero, sí, Cristo murió por nuestros pecados, según las “Sagradas Escrituras” en su N.T., y según la historia; fue sepultado y resucitó al tercer día; apareciéndose a muchos cristianos y no cristianos (a más de 500 personas); y por último, (mucho después) a San Pablo, quien, hasta recuerda el color, carmelita intenso, de sus ojos. También, la filosofía política, se demuestra, en los textos bíblicos. Luego vendrá el fin: - Cuando, entregue el reino al Dios y Padre; cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia. Porque, preciso es, que él reine, hasta que, haya puesto, a todos sus enemigos, debajo de sus pies; y el postrer enemigo, que será destruido, será la muerte. - Finalmente, el apóstol Pablo nos lanza estas perlas: - Si los muertos no resucitan, comamos y bebemos, porque mañana moriremos. – Pero dirán algunos: ¿Cómo resucitarán los muertos? ; ¿Con qué cuerpos vendrán?Necio, lo que tú siembras, no se vivificará, si no muere antes. Y lo que siembras, no es el cuerpo que ha de salir, sino el grano desnudo, ya sea de trigo o, de otro grano; pero Dios, le da cuerpo, como él lo quiso y a cada semilla, su propio cuerpo. - Y hay más: - No toda la carne, es la misma carne, sino, que una carne, es la de los hombres; otra carne, la de las bestias; otra, la de los peces; y otra, la de las aves.

- Luego sigue: - Hay cuerpos celestiales y hay cuerpos terrenales; pero, una, es la gloria de los celestiales y otra, la de los terrenales. Así también, la resurrección de los muertos; si se siembra en corrupción, se resucitará en corrupción. Remata San Pablo, su discurso así: - Se siembra gloria, resucitará en gloria; se siembra en debilidad, resucitará en poder. Se siembra en cuerpo animal, resucitará en cuerpo espiritual. Hay cuerpo animal y hay cuerpo espiritual. - Así también, está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán, alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante. Mas lo espiritual no es primero, sino lo animal; luego, lo es lo espiritual. El primer hombre es de tierra terrenal; el segundo hombre, es el señor, es el cielo. Y así como, hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también, la imagen del celestial. -

Y siguen las perlas: Pero, esto digo hermanos: Que la carne y la sangre, no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la corrupción. He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos, pero todos seremos transformados en un momento; en un abrir y cerrar de ojos; a la final trompeta; y los muertos, serán resucitados, incorruptibles y nosotros seremos transformados. Porque, es necesario, que esto corruptible, se vista de incorrupción y esto mortal se vista de inmortalidad. Y cuando esto corruptible, se haya vestido de inmortalidad, entonces, se cumplirá la palabra, que está escrita: Sorbida, es la muerte en victoria. - Se habla pues, de una transformación, hoy entendida como posible; tal como son las transformaciones científicas; las cuales, ni siquiera necesitan de químicos, ingenieros, ni calculistas y matemáticos; o, expertos generales. Se realiza, por medio de un computador, al que se le suministra los datos básicos; para, que entregue un producto terminado y perfecto. Desde luego que pedido; o, programado; automatizando así, toda la línea; desde la planeación, experimentación, prueba y ensamble. Con ello, haciendo posible lo que se podría llamar: La eternización de la “Cibernética Inteligente”; con autonomía y autarquía. La nueva ciencia, a que se hace alusión; se auto denomina: La “Mecatrónica”. Y así pasa, con la clonación y la fertilización in Vitro. En fin, con el manejo de los cromosomas; al antojo del hombre, o sea; La “Ingeniería Genética”. Luego, si el hombre, hoy se da el lujo de jugar a ser “Dios”; ¿Porqué Dios, no puede hacer lo mismo?

Es más: Si el hombre, mediante la “Ingeniería Cuántica”, (acelerando átomos de diferente materia) con el dominio de lo infinitamente pequeño; ha realizado y conseguido formas también, aplicables hoy, a lo infinitamente grande; para con ello, descubrir científicamente, como es posible, que de la nada resulte algo. Pero, a su vez, descubriendo que, para ello, se requiere de - gigantescas instalaciones - ; fuera de la posibilidad de lo posible. Pero, que para Dios, no lo es. Prueba de ello, es nada menos que nuestra propia existencia. Para unos desperdiciada, al no querer salvar, lo mejor de sí: Su alma. Dedicando, patéticamente y por completo, la vida a Satanás; parece algo absurdo; y sí, lo es. Qué ironía, el hombre no se ha dado cuenta, todavía; de que su propia inteligencia, fue heredada y recibida, de Dios. A esto, nos ha abocado las diferentes filosofías, desde luego, inspiradas por Satanás.

Capítulo VIII

Nota:

- Después de la derrota, viene la calma. Los que quisieron dominar al mundo fracasaron siempre; y solo después, la humanidad se ha dado cuenta, de que prácticamente éste sueño es imposible (por lo menos a las malas.) Muchos, lo intentaron y fracasaron, llevándose en el intento, no solamente sus vidas, sino las de muchos más. Solo dejaron el recuerdo de una utopía; que principalmente, por la manera de ser de la humanidad, todo intento de dominio, es a la vez, uno de principios de estulticia y franca subordinación a la razón. -

Se consolida el amor y se produce...la despedida.

Hasta que se volvieron unos expertos en el arte de amarse sexualmente. Ya Narda II no tenía que ayudar a nada a su esposo, sino que desde ahora... lo adivinaban todo y tomaban siempre... la iniciativa; se desvestían y calentaban sexualmente casi al tiempo; primero que todo, succionándose el sexo por un largo rato (localizándose sus respectivas zonas eróticas) hasta que Narda se venía en convulsiones, estertores y jadeos. Luego, pasaban a besarse y absorberse todo... ese monumental cuerpazo que tenían cada uno; Marcos le chupaba los senos larga y profusamente, en fin, todo... ese cuerpo de guitarra de Narda; hasta dejarla lista para el siguiente acto sexual. Además, lo intuía, por que a ella, cuando ya estaba suficientemente excitada, se le inundaba el sexo de un líquido lubricante. (O, también, cuando la besaba intensamente en la boca y luego por todo el cuerpo y posteriormente la tocaba por allá... en su sexo. Éste, lo tenía tremendamente bien mojado de ese líquido. Tanto que empapaba las sábanas de eso, que además tenía un suave olor a esencias...) Cuestión, que ella gozaba con amplia difusión: jadeando, asesando fuertemente y apretando, en círculos, con sus manos, las nalgas de Mardos contra su sexo; hasta quedar exhausta de la pasión sentida. Pues, por la práctica, Marcos sabía, cuando ella se venía con gemidos y llantos de satisfacción sexual. Y, hasta que ella no lo hiciera, Marcos no se venía; o, eyaculaba sexualmente. Y desde luego, que él también sentía una dicha sin par, debido principalmente a la fuerte succión de la vagina de Narda.

Y se volvieron dos adictos al sexo; hasta que ya no pensaban sino en eso. Tanto fue que los dos perdieron ese año, en cuanto a planificación y conquistas territoriales y tuvimos que repetirla con sus generales. Pues a veces, se quedaban todo el día (y la noche) en esas y no íban a las reuniones de estado. Ocasionalmente, cuando Marcos, se demoraba más de la cuenta, haciendo el amor, ella le insinuaba que ya no más, pero éste seguía con aún más calor... con el ímpetu de la senectud que quema sus últimos cartuchos; entonces ella, aún debajo de Marcos, paraba las piernas... bien alto y las hacía temblar como convulsionando y esto, le hacía venir aún más rápido, pues, sentía una fuerte... muy fuerte succión producida por su vagina, en su miembro. O, a veces comenzaba a arquear su cuerpo (especialmente su cintura) y lo hacía venir... por la tremenda succión sentida en su pene, debido a que esos arqueos de cintura, tenían el efecto, de advertir que prácticamente le sacaba el semen a tirones y que se lo sacaba... desde la nunca. Marcos se sentía, como chupado (como ordeñado) sexual y fuertemente por la vagina de su espléndida Narda. Tanto... que a veces, Marcos le decía que así no; que lo hacía venir muy rápido y que entonces, no la podía complacer, tal y como a ella le gustaba que lo hiciera.

Sencillamente, lo que sucedía era que Narda hasta no sentir sus orgasmos; su vagina, no soltaba el pene del general. Narda, aunque era virgen antes de tener relaciones con Marcos; ya que fué él quien la desfloró; era una maestra innata, en el arte de amar sexualmente. Estaba hecha especialmente para eso. Igualmente, tenía una educación sexual muy avanzada, pues a pesar de todo... nunca Marcos, nunca la embarazó; o, si lo hizo... por lo menos quedó un grato recuerdo de aquel amor loco y tierno que se tuvieron.

La Muerte

Siguiendo... el curso de nuestra historia... Narda II, derrotada (por los ejércitos romanos que se sublevaron, motivados por Octavio) y condenada a la deshonra (una vez fallecido su esposo, en una lucha naval jamás vista); después de haber querido dominar al mundo, e imponer sus descendientes; mientras los hombres del nuevo emperador: Octavio, de la era Octaviana, se hallaban todavía alrededor del mausoleo de Marcos el Grande (emperador del mundo.) Algunos a caballo y empuñando sus espadas, sin duda temiendo que la reina lanzase contra ellos, a algún enviado infernal; otros, se mantenían a lo largo de los muros del templo de Isis, sin acabar de acercarse. Un centurión (gigante) se adelantó hasta la puerta y golpeando los barrotes de bronce, mientras gritaba una serie de requerimientos; iba a dar más órdenes, cuando, una criada de Narda II, se asomó. Abrid la puerta, mandó el centurión; el emperador Octavio, desea ver a tu reina. Octavio, quería (diplomáticamente) la rendición incondicional de Narda II; pero, ésta (a sabiendas, de que ya todo era inútil) tenía muchas exigencias que hacer (la reina ya pensaba en el suicidio.)

Narda II, sabía que sería llevada a Roma y exhibida como trofeo de guerra; por lo tanto no quiso reunirse con Octavio, el nuevo emperador del mundo; luego, la reina resolvió esconder su legado y suicidarse. Escondido (un áspid) en una cesta de frutas que le fue entregada después de una gran cena; Narda II, se encerró sola en su habitación real; vestida con sus mejores galas. Eran unos higos enormes, alineados en el cesto de mimbre que los contenían, y debajo de una gruesa capa de hojas, una serpiente cuyo veneno produce una muerte instantánea y sin dolor. Narda II, retiró de la cesta, uno a uno los higos. En el fondo había un collar, de un color ceniciento y amarillo-verdoso: La serpiente estaba inmóvil, tímida y poco resuelta a atacar. Narda II, la tomó por detrás de la cabeza y contemplándola, como suplicándole que la mordiese; se dirigió a su lecho y se tendió. Luego, mirando hacia el mar; aplicó fuertemente el reptil contra el medio de sus esplendorosos senos... aflojó ligeramente la presión y esperó... Lanzó un débil gemido, se crispó, y después, empezó a recitar su letanía favorita, en la cual, también mentaba uno a uno, a sus amantes y antiguos calmantes de su sed insaciable de amor.

Fin